miércoles, 3 de febrero de 2016

Indagar.


                                                Proyectar

Dejar de beber, fumar, comer en exceso, etc., significa iniciar un nuevo proyecto de vida, en este caso, la salud. La lista de propósitos de año nuevo son, en realidad, proyectos de vida que requieren seguimiento, disciplina, esfuerzo y constancia. Pensamos que "elegimos" conscientemente cómo decidimos vivir y no es así; somos depositarios de anhelos y deseos incumplidos, propios y ajenos ( los deseos y proyecciones de nuestros padres),  y por ende, caducos. Comprar un auto, una casa, iniciar una nueva vida de pareja, llevar una vida espiritual con todas sus implicaciones y exigencias, o tener amoríos sexuales espontáneos con las consecuencias que estos acarrean. Vivimos en automático sin eros y en estado de depresión; yo mismo viví deprimido más de media vida sin saberlo. No tener un proyecto de vida es tener un proyecto, pero no ser conscientes de ello.
Cuando viví inmerso en el destrampe, mi finalidad inconsciente era destruirme, morir, y no lo sabia; ese era pues un proyecto de vida-muerte. Pasamos la vida en estado de depresión o ansiedad sin saber porqué; deseamos llenar las expectativas de otras personas desde niños solo para ser reconocidos, aceptados y creamos nuestras propias aflicciones al incumplir esos íntimos y preciados objetivos. Y por eso fumamos, bebemos, amamos con exceso, sufrimos con exceso, parecería que la vida nos fuera en ello. No hemos resuelto asuntos añejos, por lo tanto, vivimos lutos antiguos que nos persiguen apasionadamente sin compasión, sin nuestra sincera y propia compasión y perdón. Tememos indagar quién vive dentro, pues nos aterra lo que encontraremos. Por esto abandonamos la sinceridad y honestidad  que nos debemos,  y eso es, sin duda alguna, un proyecto de vida.

JC

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