jueves, 4 de febrero de 2016

Enfermedad.


                                         Enfermedad

El padecer una enfermedad resuena en dos ámbitos o entornos: el interno y el externo.
En el interno, ya sea la familia nuclear o amigos íntimos, el proceso de comprensión y entendimiento se sujeta a la apertura cognoscitiva de los mismos respecto al interés en realizar una exhaustiva búsqueda de información para saber actuar. Cuando la enfermedad es  crónica e incurable, en este entorno, se vive desde la incredulidad, el alejamiento por negación hasta la aceptación del proceso colectivo que lleva a la empatía y a la  solidaridad con el enfermo. Algo semejante sucede con el ámbito externo, salvo que la incredulidad es notoriamente mayor llegando incluso al rechazo y la discriminación como una proyección reflejada en el enfermo.
En estos casos, el miedo a la muerte adquiere un significado personal que provoca ansiedad e irritabilidad por la transgresión a la cotidianidad que produce el enfermo, y despierta una fobia a la muerte o Tanato fobia, que conlleva a conductas irracionales contra el enfermo y que requiere de inmediata terapia. Como lo afirma la escritora y periodista Adriana Malvido, "la muerte es un suceso social"; la salud, en cambio,  es el equilibrio armónico de los órganos vitales, pero la enfermedad incurable atenta inconscientemente el sentido perenne del ser humano  sano y desvela su vulnerabilidad: "El enfermo eres tú, yo gozo de salud porque la cuido", es el argumento que pondera un fóbico ante una persona que padece lo incurable y mortal.
Los factores subjetivos del enfermo pueden ser benéficos: aceptación, tesón, conversión, valentía, o lo contrario: maximización de la vulnerabilidad, deseos inconscientes de morir, resistencia al duelo, victimización, nula tolerancia  al sufrimiento. El enfermo crónico se ve obligado a indagar sobre si mismo e indefectiblemente descubre el otro lado de la moneda: la salud. Entonces comprende que la enfermedad es un camino de reconocimiento de  su esencia.
Todas las interrogantes de la humanidad se resumen en esta reflexión existencial: ¿que es la vida? ¿que es la muerte? ¿quién soy? ¿porque existo? ¿cual es la  finalidad de mi existencia?: la enfermedad se convierte en una senda de transformación.

Negación de la muerte, negación de la vida.

La cotidianidad no asumida como tarea  de exploración vivencial, se vuelve un área neurótica de confort. Al evadir las profundidades del alma uno se torna banal, superficial y temeroso. Sin embargo, este confort es una ilusión, una creación mental negadora de la realidad. El miedo es el motor de esta maquinaria que pretende alejarnos del dolor humano. Pero "el dolor es transformador de la conciencia" como cita Carl Jung: vivimos solo en la superficie, pues tememos sumergirnos en la sombra (demonios internos) por comodidad. Y pronto llevaremos una vida doble, una doble moral, pues el subconsciente nos delata.
¿En realidad celebramos la vida? ¿No es por miedo que buscamos todo aquello que nos anestesia de sentir? ¿No es por miedo que tememos lo desconocido, lo no medible por el reloj? ¿Vivimos en  el presente continuo o en el pasado perpetuo?

El enemigo del amor no es el odio, sino el miedo.

"La sombra y el ideal
Cuando éramos pequeños, nos dimos cuenta de que para ser aceptados en nuestro entorno familiar y social teníamos que ser de una forma determinada. Algunos de los rasgos que conformaban entonces nuestra personalidad sencillamente no encajaban en lo que se esperaba de nosotros. Por eso tuvimos que ocultarlos en algunos de los rincones de nuestro inconsciente, para que no afloraran en nuestra vida y pudieran dar lugar a lo que tanto temíamos: que fuéramos rechazados. Entre los rasgos que tal vez ocultamos podría estar una cierta rebeldía o incluso una marcada creatividad
Es como si por un lado representáramos un papel y por el otro, intentáramos esconder al personaje real"
(párrafo tomado de El Confidencial).

Conclusión.

Si nos enfrentamos a la enfermedad ajena o propia desde nuestras proyecciones sin el conocimiento de nuestra sombra, no comprenderemos sus procesos y como nos afectan.
"La mente es como una casa a oscuras  ¿querrías pasar toda tu vida acomodando muebles para no tropezarte? ¡mejor enciende la luz!

JC.






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