miércoles, 24 de febrero de 2016

El infinito interior.

                                     La búsqueda

En realidad la espiritualidad es conocerse  a uno mismo.
Para conocer lo que desconocemos primero tenemos que
buscarlo.
Podemos equivocar la búsqueda, pero si insistimos, tarde
o temprano, daremos con lo que buscamos.
¿Y qué es lo que buscamos? Llenar el vacío que sentimos en
las noches y que no nos permite dormir tranquilos.
No existe otra premisa más que el conocerse:  las iglesias, templos, ashrams , mezquitas, etc. son reflejo de esa búsqueda.
Tendemos a intelectualizar esta premisa, a racionalizarla, pues tal vez no sepamos que contamos con un alma o no le damos importancia; como a nuestra respiración: no somos conscientes de ella hasta que tenemos un problema de salud y sentimos que nos falta. De acuerdo con todos los santos y todas las escrituras, nuestra verdadera naturaleza es bella, pura, perfecta, inmaculada y completa en todo sentido. Sin embargo, no nos vemos así.
Falseamos las ideas que tenemos de nosotros. Creemos que estas son verdaderas.
Pensamos: "Mírame cualquiera puede ver que soy así".
Todo esto es una mera idea que la mente supone obviamente como "cierta".
La espiritualidad es el proceso de desmenuzar y tirar todas las ideas falsas que creímos, en forma gradual; todos los conceptos erróneos que pensamos que aún son vigentes para nosotros, pero que ya caducaron. Cualquier terapia seria ayudará al conocimiento de las emociones y el origen de nuestra neurosis. La espiritualidad va aún más allá: nos hacemos conscientes de la consciencia.
No hay que hacer todo un show para mostrarnos espirituales, podemos ser naturales sin aspavientos.
Yo soy eso, es la afirmación del Ser espiritual; todo lo demás es el ego.
Y tal afirmación nos ubica en el presente, no existe el "seré espiritual cuando termine mis prácticas", el presente continuo es nuestra realidad; estacionarnos en el pasado o trasladarnos al futuro son el juego de la mente y el ego.
La persona ignorante sigue afirmandose a si misma que es débil, pobre, miserable y todas aquellas indeseables expresiones de las cuales está tratando de liberarse al afirmar que en el futuro "estará libre" de estas características negativas. Una afirmación positiva no puede estar en el futuro: la persona se expresa de la manera  en la cual se concibe ahora. No podemos ser espirituales más tarde, lo somos ahora.
Tu Conciencia interior contiene el poder que equivocadamente has  adjudicado a las condiciones externas. La persona media está totalmente inconsciente de que todas las apariencias externas no son sino estados de la mente exteriorizada.
La conciencia de ser o existir es Dios. Nada externo a nosotros crea nada, sencillamente es la proyección al mundo de lo que hemos creado internamente; aquello de lo que nos quejamos.
La conciencia de la persona siempre está representandose a sí misma en las condiciones que la rodean. Se hipnotiza por la aparente naturalidad de los problemas que ella ha creado gracias a sus propias creencias.
Batallamos contra nuestros propios reflejos, sin darnos cuenta  de que nosotros mismos conservamos viva la luz y la imagen que proyecta los reflejos.
El mundo es un espejo, al tratar de cambiar el mundo por la fuerza es como romper un espejo con la esperanza de que cambie nuestra cara.
¿De dónde surgen el miedo y la valentía? ¿De dónde proviene la ansiedad y la serenidad? :De la misma fuente interna.
 ¿Las posesiones nos proveerán tranquilidad?  Comprar una casa por supuesto que es benéfico, como rentar un apartamento accesible a nuestros ingresos, claro que es necesario; un auto, ropa, etc. Todo esto nos ayudará. Pero ¿y ese vació que persiste, que nos hace sentir incompletos? ¿Qué lo llena? ¿La pasión? ¿El sexo? ¿Las drogas? ¿El alcohol? ¿El poder económico? ¿El poder político? ¿O simplemente el poder de controlar a los demás?
Sufrir es un hábito pernicioso si nos ignoramos; si no comprendemos la vida y nos quejamos de todo. Este ignorarse a uno mismo, este des-amarse, inclusive, este odiarse a uno mismo es la manifestación de un ego lastimado por pensamientos que creamos continua y constantemente si no purificamos el valioso instrumento de la mente. Para purificar la mente basta 1- Voluntad. 2- Disciplina y 3-Discernimiento. Lo primero que debemos saber es que nuestra respiración o Prana, que en sánscrito significa 'aire inspirado'; es el hálito vital al que aluden todas las religiones del mundo; el que hace funcionar nuestra fisiología y oxigena el cerebro.
Meditar es una opción saludable no solo para aliviar la ansiedad por nuestro tren de vida; también es una gran oportunidad para recordar y reconocer a nuestro Ser interior y fundirnos con la consciencia divina.

JC

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