martes, 16 de febrero de 2016

Patentar el amor humano.


                                          El Yo espiritual
   1

Las virtudes o cualidades deberían tener registro de patente inalienable, es decir, ser patrimonio único de la humanidad. La calidad moral y las acciones bondadosas, la fe en si mismo, la fe en el prójimo, son o deberían ser el legado generacional de padres a hijos. Estos valores son inherentes a "lo humano" en el arte de vivir.
Amistad, autodisciplina, sentido de cooperación, solidaridad, honestidad, lealtad, coraje, valentía, son enseñanzas privativas de una educación moral y espiritual consciente fuera de la religiosidad instituida e impuesta de manera punitiva
y chantajista.
¿Cuantos padres de familia practicamos la disciplina de la auto indagación? ¿Cuantos meditamos, cantamos  y oramos por nuestra salud espiritual y la de nuestros hijos?
¿Cuantos damos buenos ejemplos con nuestro comportamiento y lenguaje?
No es lo mismo desear la religiosidad por propia voluntad a necesitarla por una neurosis transferida generacionalmente.
En el contexto de "trabajar para sobrevivir", procurar la salud espiritual es imposible
para las mayorías. Y ser religioso por imitación y no por convicción es un acto de enajenación por donde se lo quiera ver.

La iglesia instituida tienen un archivo negro y criminal indiscutible.
Se adecua al sistema político y económico por su milenaria estrategia y conveniencia: la iglesia es un estado imperial con necesidad de expansión siempre de lado del poder económico.
El daño que ha causado a la humanidad es históricamente incalculable.
El oscurantismo en la edad media retrasó el pensamiento vanguardista progresista y el avance científico que impidió la cura de muchas enfermedades y epidemias. La visión de superchería y fanatismo,provocó sangrientas guerras e intifadas.
Personajes oscuros como Torquemada, primer inquisidor y perseguidor, torturador y asesino de judíos conversos actuaba en bien de las "causas de Dios" y para preservar los principios morales de la santa iglesia.
En el presente, la violencia ecuménica y la pederastia por parte de sacerdotes; el encubrimiento cómplice de arzobispos, son un mal mundial.
El capitalismo salvaje y el Vaticano son hermanos comunes.

2

En un país tercermundista lleno de carencias básicas en el que la distribución de la riqueza es brutalmente desigual y la educación está prácticamente en crisis, la manipulación ideológica de la iglesia en connivencia con el estado es evidentemente una estrategia política.
Un país acusado de masacres, desapariciones forzadas, de delitos de lesa humanidad; de impunidad rampante respecto a su condición de Narco-Estado,
no puede tener sanas intenciones al traer a Bergoglio.
¿Cómo defender una iglesia corrompida por dentro? Religión y espiritualidad no son lo mismo. Por esto tanta ignominia: la pederastia de sacerdotes debe ser considerado delito de lesa humanidad. La desconfianza ganada a pulso por el Vaticano, nos recuerda que nosotros somos poseedores de nuestra propia espiritualidad y que podemos ser creyentes sin iglesias de por medio.
O podemos justificar las atrocidades de esta volviéndonos cómplices.

JC.








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