miércoles, 30 de marzo de 2016

Poema.




Quisiera amarte como me pides; estirar mi sombra tan cerca de ti,

tan próxima a ti que nos duelan de frío los dientes.

Pero he sido, tengo que decirte, un sinvergüenza todos estos años,

un desdichado todos las estaciones de mi vida.

Sé que no te importa, que me aceptas como soy, así con la cara rota,

mendigandote amor de paria: roto de tanta caída; con esta lástima fingida,

suplicante, echada al lomo.

Quisiera darte más que pena, más que las lluvias que me azotan, más que

los relámpagos que han reventado frente a mis ojos; quisiera darte todo lo

que tengo, algo mas que un corazón desahuciado.

Pero mírame a los ojos, mujer y dime que no sientes miedo de mi en las noches

después de hacer el amor; dime la verdad, guardaré silencio, no diré nada, pero

antes de dormir, besaré  tus profundas heridas con ternura.

JC





lunes, 28 de marzo de 2016

Poema.

                                   Gracias

Te miro desde mi silla de ruedas y pienso cuánto amor cabe en ti.
Es la hora de la siesta, insinúa el reloj, y ya preparas la jeringa que
dilatará mi hora de partida; mi permanencia a tu lado.
Me defiendes como una leona erguida en la cima de la dignidad,
y peleas por mi nombre y mi historia contra la fatuidad del mundo.
Eran las diez de la noche cuando decidí amarte con toda mi alma,
ese mes, ese año memorable cuando mis ojos precisaron el rubor
de tu rostro hermoso para mi, para mi esperanza.
A las doce nuestro amor se consumó en un beso; el beso que me
llevaré al otro lado de la vida, ese beso íntimo e infinito.
Gracias amor, gracias Patricia.

JC

domingo, 27 de marzo de 2016

DENUNCIA.

                                         Hijo de Dios

Me considero una persona cabal, serena, culta. No me ofendo por los adjetivos discriminatorios de Moises Gabriel Salazar Cano, pero si alzo la voz en favor de la civilidad y en contra la discriminación en México. Esta persona,  con la que nunca medié palabra, es representativa de un mal social en nuestro país: la discriminación
hacia la discapacidad de enfermos de EM o de cualquiera otra enfermedad. La discriminación es un delito penado en nuestra ciudad y el señor Moises Gabriel Salazar Cano ha incurrido en este. Levantaré una denuncia ante El Consejo nacional para prevenir la discriminación, CONAPRED, en contra de Moises Gabriel Salazar Cano, por discriminación, daño moral y sicológico.
Infortunadamente es integrante de un músico a quien aprecio: Luis Alvarez, El Haragán. Un ejemplo: los integrantes de Real de Catorce son representativos de mi proyecto dentro y fuera del escenario; espero de ellos un comportamiento moral coherente y congruente con la esencia de éste;  con el compromiso que adquirieron al pertenecer a Real. Lo mismo sucede con Luis, él debe ser consciente de que cualquiera de sus músicos es portavoz de su proyecto y de su imagen socialmente; si uno de sus integrantes hace esta clase de comentarios, Luis debe exigirle que evite dañar su nombre e imagen ante los medios y ante el público y que, además, repare el daño.
Dejar pasar por alto estas conductas es incentivarlas, por eso tomo muy en serio esta penosa actitud discriminatoria. El daño está hecho. El señor Moises Salazar Cano cometió un delito ¿Cómo responderán Luis  y CIA?

JC

viernes, 25 de marzo de 2016

Poema.


A Patricia, mi amor.

El abismo, el miedo; la errada convicción de que se es múltiple, diferente,

que no se es El Uno simple, perfecto en todos.

El infierno es uno mismo duplicado, es desdoblamiento ilusorio para la dicha

encubierta, escondida como el corazón de la manzana, como sorbo de agua

 en el desierto.

Por eso te amo en lo recóndito mío:  para no perderte en las calles de humo;

en las ciudades de cartón y caliche que se evaporan tras el rigor de tus pisadas.

Me reconozco en tu fulgor, en tu brillo, en tus cartílagos y arterias . En esos ojos

oscurecidos, ciegos, me veo.

El perfume del Ser en ti inhalo; su Nada es amor y dicha  inconmensurables.

No somos dos, somos el Uno.

El amor Es, El amor Es. El amor Es.

JC



sábado, 19 de marzo de 2016

                                         Comunicado.

Es mi necesidad compartirles que evoluciono  favorablemente de la trombo embolia pulmonar que me puso al filo de un desenlace mortal. Con fe he ido a rehabilitación, a terapias intensas acompañado de Patricia,  la mujer que tanto amo. El pulmón afectado y mi corazón están fuera de peligro y no hubieron secuelas que lamentar: volveré a cantar y a tocar la armónica, con sus debidos cuidados.
Agradezco de corazón a todos ustedes su apoyo moral, espiritual y económico; si bien grabé con ciertas dificultades el nuevo disco de Real de Catorce (Nación-Blues) y el de Lucy Blues (aún sin nombre), dada mi frágil salud, lo podrán adquirir en unos meses.

Con gran amor y respeto,
José Cruz.

viernes, 18 de marzo de 2016


                     Suicida.

Indigesto de espinas anoche me he sentido.

Sensación vaga de dolores remotos, antiguos.

Se apersona la muerte frente a uno ligera de ropas,

a segundos.

Crece el dolor de aquella vida que no concluí en paz.

La puerta abierta dejada por donde entra el remolino

del tiempo adeudado. La cama sola con su cuerpo

pendiente: indefinida muerte de espinas.

Estigma eterno.

JC.


A veces doy por sentado la precisión del tic-tac del reloj.

No me detengo a indagar los  misterios de tu voz dulce

atrapada en una bocina de teléfono.

Cuando hacemos el amor no reparo sobre la media luz

que nos difumina.

Jamás imaginé que el amor de hotel, el  genuino amor apasionado,

sería clandestino en las urbes.

Cierto, el mundo ofrece sus inventos desde antaño y sus guerras

antiguas, y guerras modernas propiciada por la ausencia

de sosiego humano.

Así es, amor: el cataclismo convulso nos recibió con mortandad

y sangrados al  nacer.

Aún antes de reencontrarnos, el cielo y el mar, llameaban.

Pero, tú y yo, teníamos la solución a esta perversa  apocalipsis:

el núcleo sólido del amor humano, virulento, erótico,  radioactivo,

estalló en las ciudades, y dejó sombras de corazones en las paredes,

 en el asfalto.

Cenizas amorosas cubrieron las ciudades, los campos; los labios y los párpados:

odiar dejó de ser una estrategia seductora.

JC















domingo, 13 de marzo de 2016

1

     

                             I
A Patricia

Confabulo con el deseo para cambiar tu postura en la cama, amada.

Esa dulce agua de río entre tus piernas bebo cuando estás salada, amor.

Vierto silencio en tu oído: fuego callado, contenido, mi cielo.

Porque la noche es permanentemente erótica en las yemas de mis dedos.

Porque siento una nostalgia de Dios que me arroja a tus caderas, y

me veo cojo como esa silla huérfana en la alcoba.

                                         II

Sé  de la llave oculta  que te abre de par en par, más lentamente, voy

aceitandola con el telar de las soledades.

Y llegado el estertor del orgasmo no cede, y sigue, sigue como muerte lenta,

lenta y prolongada.

Morir de labios; de noche de labio sobre labio; de nocturnos fuegos.

Morir por deseo de desearte, llenarte de savia y perfumes el rostro,

la entraña.

                                           III

Gritar a las nubes oscuras: ¡te amo para siempre, loca mía!

¡Que se desprenda la noche con sus estrellas y fulgurosos diamantes!

¡Que se venga sobre nosotros la humedad y moje la ciudad y sus íntimos

muros arteriales!

Tu vientre, hondo cuenco de sudores; tus senos inquietos miran,

mirada de pleamar a mis muslos pétreos encimados en ti y tu andar

 por la senda, Patricia mía: mujer de mi vida.




JC



























                                       Autoría

Ir por la vida con el morral cargado de resentimientos, truenos, tempestades;
el corazón astillado, fracturado, madreado, puteado en arrabales sórdidos, neblinosos, de sentires amargos; por esto el insomnio, las pesadillas: la Tenebra alucinada, porfiada ¡Y uno sin balas de plata, chingá'!
Y luego la banda que cree que unonoensayaunchingo, o selapasarascandoselosgüevos: ¡elbluestambiénestrabajo, valedor!
¡Ah, y recuerdo a los opinadores ilusos e insulsos exigiendo más! ¿Qué quieres Goliat? ¡Contigo no bebo ni sodas! Caí a una cañada y me sangré los brazos; no intenté suicidarme, carnal. Eso me pasó por no palpar el terreno lodoso ¡por pendejo!
Me sobé fuerte. Si, alivié los inflamados ventrículos a pura catarsis honesta; no me anduve con mamadas ¿para qué? Ya sé: casi me carga la verga  la trombo embolia de enero, pero aquí estoy, valedor, echándole voluntad y humildad al peyote, sigo a nivel de cancha: el partido continúa.

JC

miércoles, 9 de marzo de 2016


              ¡Adiós!


Río que corre en reversa.

Volcán que inhala su fumarola.

La mano devorada por sus propios dedos.

El ojo ciego de parpadear.

Me duele la cabeza que no tengo; sueño que vivo,

muero y despierto.

Llueve hacia arriba.

Mi sangre en reversa llena un corazón vacío.

La virtud de los locos, sensibles y torcidos, es vivir

en una caja de madera con piernas de caoba y orejas

de metal tierno.

 Camina de costado por las colinas de su fantasía que no son

 sino nubes de alambre oxidado; paisaje inventado de noche

en sus pre-sueños.

También recorre los túneles-espejo. Pero no es la Caja de Pandora,

es el ancestral caleidoscopio de Alejandría que contenía las Tablillas

de Babilonia, los pergaminos de Constantinopla, los libros de Córdoba,

los códices de Tenochtitlán

El patriarca Teófilo, en su cruzada contra los paganos, destruyó el templo

de Serapis.

La caja se detiene. Empieza a cavar en su propia arteria, la única que conserva

de todo el cableado: oigo voces que me invitan, me meto de un salto.

¡Adiós! Me despido.

JC.




                                         Espejismo      


Dejar reposar los poemas; los anhelos, los propósitos. Permítanme decir: dejar descansar la máscara estos días.
No habremos de frotar dos ramas para obtener fuego, ni salir al frío a comprar amantes. Podríamos aceptar que hemos creído que erramos el camino, pero no fue así. El tonto cumple a la perfección su papel; el ciego, movido por el ruido de sus huesos, abre perfectamente el candado de su noche y se refugia. Tu cabello busca puntual la lluvia de invierno y yo recuerdo qué olvidar para permitir ésta neblina circundante. Nos hemos amado como amamos el hálito de las ciudades; hemos hecho silencio, virutas de silencio, lágrimas de silencio, rincones de silencio: pero al ensamblaje de esta pesadilla hemos gritado el aullido de Ginsberg y no hemos muerto.
Lo eterno sucede en un segundo, pero no lo creemos; contamos los días del calendario prensados dentro de las páginas de un libro de mariposas disecadas; y sentenciamos que esa ha sido nuestra vida, y nos preparamos para entregarla al enmoscamiento sin más, sin haber encontrado la mirada en la luz; así como perros o animales sin voluntad, sin batalla.
Y no defendemos la poesía, nunca lo hicimos ¿para qué ahondar en el alma de la libélula?
Mejor cerramos el changarro de los sentidos y enchiqueteamos el espíritu para que la orilla filosa de los sauces no nos llague la piel o la muerte no nos fastidie el sueño.
Este albañal no es el mundo: es la visión colectiva del terror que compartimos sin descanso; con el que alimentamos a nuestras queridas con piernas de pabilo de cera; el pretexto para acallar el sutil andar del miedo por nuestras espaldas.
 Pero pensamos obsesivos un merecido infierno de mazmorras y torreones; por un simple rumor contrajimos la inmunda peste del pecado y nos condenamos.
¡Liberemos la mente: libertad al alma humana!
¡Es el alba de las espadas de luz
Nuestro el destino!

JC.

viernes, 4 de marzo de 2016

1,2,3.


                                    1

Tengo la voz quebrada, rota como falange de pollo.

He gritado tanto, amor: tanto para que me escuches.

Yo que te cantaba al oído me he vuelto un gritón.

Que grita a la lluvia, que grita de frío; que grita, mujer

ando perdido.

Guíame corazón con tu olfato al perfume del amor:

porque sí: el amor huele a rosas y a carne cruda.

                                      2
 Hoy vi que me caía; que rodaba al vacío sin esperanza.

Oí mi propio estallido de vidrio frágil, como cuando estrellé

la luna de una pedrada.

Vi mis piernas rotas, heridas; sentí dolor y lástima por estas

piernas quietas.

Porque me soñé en una silla de ruedas, tristísimo: sin

alas.

                                            3
  Decidí llevar vida de perro; dormir mucho y hacer poesía.

 Perro poeta o poeta perro consentido, sin quehaceres, libre,

 de pluma fina.

Y ser acariciado por ti, vivir en tus brazos cálidos, sinceros, puros.

  Retozar en el lecho donde duermes y te inspiras para amarme.

  Porque te veo cómo me miras enloquecida, perdida de devoción.

  Seré tu perro poeta, lo he decidido.





jueves, 3 de marzo de 2016

Poema.


                                Alas cenicientas

En la clandestinidad subrepticia crearé un escuadrón de la muerte.

Con kaibiles, sicarios y ex-militares y ejércitos privados.

La consigna será que con sus dagas aceradas de tormenta

rajen toda flor,  toda cosa viva.

Que secuestren, violen, torturen y llenen la boca sus víctimas

con mensajes de alas cenicientas.

Presupuestaré el terror con partidas de dinero público.

Al final el lodo ocultará los cuerpos y los rostros en fosas:

grotesca exhibición de mobiliario fúnebre en un país luctuoso.

Será una dictadura  de pensamiento y obra; de manual infame,

de infame historia.

Y todo irá en reversa: del progreso al retroceso,

de la vida a la muerte.

Por eso las  insignias de hueso en el pecho.

JC.












Poema.


                                      Mascota

Tenemos una mascota. Es un perro pequeño blanco con tres manchas

negras: dos ojos y una nariz.

Duerme mucho en el día y de noche, se cuela entre nosotros, para

sentir calor.

Es juguetón y muerde y ladra como si dijera ¡Vamos inútil,

sacúdete los huesos; qué horas de estar echado a las doce de la noche!

Mi mujer lo nombró Bowie, como nuestro ídolo; pensé ponerle "Beltrónes"

o "Cienfuegos" o "Peña", pero la mujer que me despierta a besos, se molestó

y en verdad, no quiero importunarla.

Me dice que antes de insultarlo lo lleve al baño a hacer sus necesidades.

Los perros tienen alma eterna por eso le aúllan a la luna, la conocen antes que

nosotros. "El Bowie" aúlla como patrulla de juguete; es estremecedor escucharlo.

Un perro falleció al mismo tiempo que mi abuelo, en sus piernas, solos, una noche.

Los enterraron juntos recuerdo, como recuerdo el chubasco que tiró las tejas del

techo y deshojó la jacaranda.

Sentí amor y congoja: el perro regresó al día siguiente, silente, mojado, renacido.

Toda la paz y paciencia que tengo en mi cofre de vivencias, la vuelco en esta

criatura de dos meses y medio.

A veces, solo a veces, me siento viejo y cansado de la vida.

Entonces mi mujer espanta a la mariposa fúnebre y me saca a pasear como al

"Bowie"; me soba el lomo espástico y me da de comer en la boca.

JC



















martes, 1 de marzo de 2016

Poema.




Que tristeza siento por los que lo saben todo.

Dejé atrás el hábito de chupar limones amargos por

mi bien.

Hoy reposo de mi enojo; opto por no discutir si la

marea es baja, si la luna moja o no su panza en el

mar antes de ir a dormir.

No interfiero en los afanes suicidas y mesiánicos de

otros;

sé mucho de locura y con la mía me basta.

Me siento a la mesa en la silla que me dieron a escoger

y observo mi plato antes que a los comensales.

Si se atragantan y mueren congestionados de discursos,

en silencio y en paz voy a su funeral,

pues mis padres me enseñaron a ser compasivo.

Yo solo vendo los libros que escribo, sean buenos o malos

no me importa.

También compongo canciones como si de hornear pan

se tratara.

Eso si que lo disfruto con todo lo que de niño me queda.

Colecciono caballitos de mar perezosos, lluvia en un vaso,

la calistenia de una muchacha bonita, el policía que hurtó

mi niñez y mis arrugas cuando dormía.

Si uno no es más que el tiempo que le queda para dar agua

o beber un beso.

Todo ese castillo de sueños y promesas  se lo lleva el mar como arena,

o con averías en el riñón lo entierran a uno.

Mientras, la amorosa muerte, sella con cera estos ojos

tiernamente.

JC