viernes, 22 de marzo de 2019



A Vincent Van Gogh

Qué extraño día en el que me siento animal , gato, mujer,
caballo calvo, oveja negra, viuda, gota de lluvia, lágrima,
libro de notas, violín, niña de cuatro años.

(La Columna vertebral  hecha nudo-nervio-dolor eléctrico.
Serpiente  despertada por una chispa divina; entonces medito
y me vuelvo un 'extraño fuera'
porque, dentro me conozco).

Mas no soy este cuerpo, este sexo, ni las emociones, ni los
pen-sa-mi-en-tos.
¡Nada es mío: nada me pertenece, soy nadie, sólo una paleta de colores

sobrenaturales!


¡Los agrestes campos neblinosos en un  lienzo que salpica
chillón, Vincent!

Todas las noches te sueño Vincent Van Gogh y tus girasoles;
"La noche estrellada" y tu enorme genialidadsicótica.
Las malas lenguas afirman tu suicidio, pero ¡mienten!
¡Fuiste asesinado en un robo mientras pintabas!

¡Tanta hermosa locura, amado loco, Vincent VanGogh!

JC

miércoles, 20 de marzo de 2019

^
Resuena, corazón (de amor muscular), vibra con tu

oleada de alfas, no me des la espalda que desfallezco.

Vi que me mirabas y en ceniza me tornaste (traspasaste

cada barrera y accediste al núcleo de esta nada).

Que el fuego sea aún en la lluvia del monzón;

templo y cascada de respiración quieta, pausada.

Cuánto desespero por no encontrarte
de vida
en vida.
Andar tras tus plantas para adorar tus pies,
cuánto desespero sin saber que ya morabas
dentro mío.

Mientras, soñaba un estero donde abrevavan
criaturas sagradas y navegaban flores de loto
rumbo al mar.

Viaje, largo viaje del alma desde la oscuridad
preñada de lutos y cuervos, hasta la coronada
luz del cristal en el entrecejo.

Voy a ti, me llamas para ti que soy tuyo.
Este amor lo llevo enterrado  para que tus
manos lo tomen, y de mi, no quede nada.

JC

martes, 19 de marzo de 2019

^
Ver el aura; el contorno brillante de una flor,
de una persona: de cientos de almas que van,
vienen y mueren.
Nacer para observar en silencio y, después,
callar.
Sentir el viento de un relámpago que aún no
revienta; la estática que eriza los vellos de
la espalda.
Todo resuena , todo cintila, todo vibra; palpita
como el corazón  que viene de lejos, de entre
una nube o la luz de un poste con su danza de
polillas.
Ver y dolerse de la grisácea emanación de esa
mujer en la calle que fuma y llora, que llora y cae
en un torbellino emocional sin fin.
Y aquel hombre que se volvió ceniza y se olvidó
el rostro en el escaparate que vendía tristeza.

Somos auras negras y
entre todos, por destino,
montamos el espeso telón
de la noche.

JC

lunes, 18 de marzo de 2019


La mente: esa maquina que sólo piensa.

"La guerra que vivo dentro la pongo afuera
para tener con quién pelear".

"No hay truco cuando llueve en un día soleado:
la vida siempre será un misterio irresuelto".

"La industria pesada del cielo presagia una lluvia
de tuercas".

"La verdadera cárcel es tu sistema de creencias".

"Las  ciudades del mundo son resultado del desamor

y descuido del alma".

"La ideología mata el arte y el romance".

(Mujeres y hombres atrapados en esta discusión de
puerco espín.)

"Un cañonazo de ideología es más poderoso que una

bomba de neutrónes".

"Sin remedio, nuestra extinción".

JC









domingo, 17 de marzo de 2019

lunes, 11 de marzo de 2019


Dias, tardes, noches en el núcleo de la viscosa soledad.
El tejado es el mismo: bloques esponjosos de nubes grises
y sucias.
Ya es común que el sol arroje sus flemas que derriten los
rostros, los brazos como masilla.
Bronceado gratuito es un decir: cáncer de piel, y del alma,
ni hablamos.
A veces, lo único que sé hacer, es soplar mi armónica y agitar
a los  perros para que aúllen toda la maldita madrugada.
(he visto arder sus ojos rojos de lobo primitivo, y hermanarse
con la manada de las azoteas contenidos por cercos de poderoso
hierro.)
Vivo al día en una casa que no es mía: vivo la futura muerte que
juega a ser de juguete.
Pero cuando oigo la voz de este cuerpo, siento la húmeda tierra
negra cerca, muy cerca.
¿Que ya viví lo suficiente para que la hacienda me arrebate el sostén
de la cuenta bancaria mordisqueada por los impuestos?
¡Entendí, hace unos ratos, el cobro de uso de suelo por ocupar este
espacio vital!

¡Un tanque de Prana, pero ya!

Yo que mordisqueé los cartílagos de los ángeles; yo que me hice
un caldo  de pellejo de Diablo, no vomité  la suficiente santidad y
me intoxiqué con una insignificante briznita  azufrosa.

"Cada momento de vértigo es un pequeño infarto cerebral ";
cuando el médico te sorraja esa sentencia, un silencio negro se
teje solo en tus labios y enmudeces por años.
Por esto escribo con los labios dormidos y...
no me queda más que,
cerrar los ojos y esperar.

JC

miércoles, 6 de marzo de 2019



Caí como lágrima en la Tierra Baldía de T. S. Eliot.
"Dejé a la deriva del viento el jacinto que pusiste en
mi mano muerta".
Cómo es que brotó  agua de ambos ojos cuando estío
había.
Soles luteranos deshacían las nubes que tu Dios plantó
en el cielo comunal.
"El hombre ahorcado murió de sed", y yo, le ofrecí mis
lágrimas que, por cierto, desdeñó".
Escaleras lujosas dirigidas a las altas ciudades oscurecidas;
sin candelabros son, lugar para las lúgubres almas.
No tiene sentido vivir para una humanidad ya muerta cuya
queja es ¡Ay, vida, no socaves mi fortaleza!
Son cadáveres los gobernantes ideologizados a punta del
zapapico millonario.
La arena planetaria orbitada por moscas salidas del eructo
de las hembras  que decidieron comer a sus críos, también se sumaron a los
 fuegos del Apocalipsis.


"<¿Qué es ese ruido?>"

                      El viento bajo la puerta.

               
<¿Qué ruido es ese ahora? ¿Qué hace el viento?>

                                Nada nuevamente nada.

                                                                    <¿No?>


JC




Caí como lágrima en la Tierra Baldía de T. S. Eliot.
"Dejé a la deriva del viento el jacinto que pusiste en
mi mano muerta".
Cómo es que brotó  agua de ambos ojos cuando estío
había.
Soles luteranos deshacían las nubes que tu Dios plantó
en el cielo comunal.
"El hombre ahorcado murió de sed", y yo, le ofrecí mis
lágrimas que, por cierto, desdeñó".
Escaleras lujosas dirigidas a las altas ciudades oscurecidas;
sin candelabros son, lugar para las lúgubres almas.
No tiene sentido vivir para una humanidad ya muerta cuya
queja es ¡Ay, vida, no socaves mi fortaleza!
Son cadáveres los gobernantes ideologizados a punta del
zapapico millonario.
La arena planetaria orbitada por moscas salidas del eructo
de las hembras  que decidieron comer a sus críos, también se sumaron a los fuegos del Apocalipsis.


"<¿Qué es ese ruido?>"

                      El viento bajo la puerta.

               
<¿Qué ruido es ese ahora? ¿Qué hace el viento?>

                                Nada nuevamente nada.

                                                                    <¿No?>


JC


martes, 5 de marzo de 2019


Caí como lágrima en la Tierra Baldía de T. S. Eliot.

JC
 Gustav Jung, uno de los fundadores del moderno psicoanálisis, solía decir que todos nosotros bebemos de una misma fuente. Lo explicaba mediante una teoría que se remontaba al trabajo de los antiguos alquimistas, que denominaban a esta fuente el “alma del mundo” (anima mundi).
Según esta teoría, durante toda nuestra vida intentamos ser individuos únicos e independientes, pero una parte de nuestra memoria la compartimos con toda la humanidad.
No importa a qué credo o a qué cultura se pertenezca: todos buscan el ideal de la belleza, de la danza, de la divinidad, de la música.
La sociedad, sin embargo, se encarga de concretar cómo estos ideales van a manifestarse en la realidad diaria. Por ejemplo, hoy en día el ideal de belleza consiste en estar delgada, mientras que hace miles de años las imágenes de las diosas eran gordas. Lo mismo ocurre con la felicidad: hay una serie de requisitos que, de no cumplirse, no nos permiten aceptar conscientemente el hecho de que tal vez ya somos felices.
Tales requisitos no son absolutos, y cambian de generación en generación.

Jung solía clasificar el progreso individual en cuatro etapas: 1la primera era la Persona –máscara que usamos todos los días, fingiendo lo que somos. Pensamos que el mundo depende de nosotros, que somos excelentes padres y que nuestros hijos no nos comprenden, que los jefes son injustos, que el sueño de todo ser humano es parar de trabajar para siempre y pasarse la vida entera viajando. Algunas personas procuran entender qué es lo que no encaja, y acaban pasando a la siguiente fase: 2la Sombra.

La Sombra es nuestro lado negro, que dicta cómo debemos actuar y comportarnos.
Cuando intentamos librarnos de la Persona, encendemos una luz dentro de nosotros, y logramos ver las telas de araña, la cobardía, la mezquindad. La Sombra está allí para impedir nuestro progreso –y generalmente lo consigue, pues nos damos la vuelta y corremos a ser quienes éramos antes de empezar a dudar. No obstante, algunos superan este enfrentamiento con sus telas de araña diciéndose: “Es verdad que tengo algunos defectos, pero soy digno, y quiero seguir adelante”.

En ese momento, la Sombra desaparece, y entramos en contacto con el Alma.
Jung no entiende por 3Alma nada relacionado con la religión. Se refiere a un regreso al Alma del Mundo, la fuente del conocimiento. Los instintos comienzan a agudizarse, las emociones se tornan radicales, las señales que envía la vida son más importantes que la lógica, la percepción de la realidad se vuelve menos rígida. Comenzamos a entrar en contacto con realidades a las que no estábamos acostumbrados, empezamos a reaccionar de una manera que nos resulta inesperada a nosotros mismos.

Y descubrimos que, si conseguimos canalizar todo este chorro de energía continua, vamos a organizarlo en un centro muy sólido, al que Jung llama 4 “el Viejo sabio” para los hombres, o “la Gran madre”, en el caso de las mujeres.
Permitir esta manifestación es algo peligroso. Generalmente, quien llega a ese punto tiene tendencia a considerarse santo, domador de espíritus o profeta.
No sólo las personas usan estas cuatro máscaras: también las sociedades. La sociedad occidental tiene una determinada Persona, ideas que nos guían y que parecen verdades absolutas.

Pero las cosas cambian. En su intento de adaptarse a los cambios, vemos las grandes manifestaciones de las masas, en las que la energía colectiva puede ser manipulada tanto para el bien como para el mal (Sombra). De repente, por alguna razón, la Persona o Sombra ya no terminan de satisfacer, y llega el momento de dar un salto, y comienzan a surgir nuevos valores (inmersión en el Alma).

Y al final de este proceso, para que estos nuevos valores se afiancen, la raza humana entera comienza a captar de nuevo el lenguaje de las señales (el Viejo sabio).

Es justamente eso lo que estamos viviendo ahora. Puede prolongarse 100 ó 200 años, pero todo está cambiando… para bien.