sábado, 27 de febrero de 2016

Poema.

                                       Siniestro


Tributemos al dolor y su profundo peso, la ausencia forzada de nuestros

desaparecidos.

Llevemos ramos de flores abiertas y festejemos con los asesinos este desasosiego

como si el bolo amargo no descendiera por nuestras gargantas.

El duelo es fuego, es carne viva al aire.

Y arde más ante la ráfaga de viento del siniestro: pastizales de piel quemados.

Loas al acecho de la oscuridad; el epinicio de la muerte canta.

 Noche, protuberante tumor en los párpados del corazón.

Silencio...

Silencio cargado de gotas vacías.

Silencio denso de osamenta.

Silencio de fusilamiento y

llanto seco, arruinado.

¡Festejemos las victorias del ejercito en la batalla contra nuestra paz!

¡Seamos indiferentes a las masacres de esas juventudes hermosas,

vibrantes!

¡Seamos solidarios con sus verdugos!

¡ mátenlos gritamos como corifeo de las tragedias más antiguas.

¡Cuanto ultraje soportaremos en esta marejada roja que nos mancha

las manos!

¡Si somos edificios frágiles derruidos a balazos!

¡Si nos hemos agachado hasta tocar el piso con las sienes!

¡Si los hemos matado de pura indiferencia!

¡Que nos perdone la patria esta ruindad!

¡Que nos perdone la historia!

JC









No hay comentarios:

Publicar un comentario