lunes, 29 de mayo de 2017

~
Me siento avinagrado con un sabor a  tostón en la lengua.
(tanta pastilla para tanta cosa).


Y  siendo sueño,  un pesado sueño de roca que me quedo 
dormido a  media película, acostado en cama con mi mujer 
quien, amorosa,  pausa el dvd y  me dice -duérmete un ratito, 
después la terminamos.
Así de siesta en siesta me da la noche y ya no puedo dormir:
entonces escribo.

Ayer recordaba a mi padre, viejo roble testarudo que gozaba el 
tango.
Cantaba loco a Gardel-tristona su voz. Lo miraba y sentía una 
rara empatía por él, más cuando el azúcar se le subía a 'la azotea'
y con fuerza lo detenía porque quería, de madrugada, bailar con
mi abuela dormida.  Lo amé con la poca capacidad que el rencor 
me  lo permitió. Cuando llegó el momento del perdón mutuo,
a  los pocos días , le dio una embolia que paralizó el lado izquierdo 
del cuerpo donde, dicen, palpita el corazón.
Heredé su genes espolvoreados de azúcar; y el problema de la coagulación me los prestó su padre, mi abuelo paterno ,quien 
perdió la pierna izquierda por gangrena de una trombosis 
descuidada.

Somnoliento y con un calor de Acapulco- sin brisa de marina-me 
levanto a seguir la vida que me fue prestada. 

JC



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario