miércoles, 5 de agosto de 2015

NOSTALGIA.

                                       NOSTALGIA


Homenajear al dictador y traidor Porfirio Diaz, y aún debatir si "fue malo
o bueno", es la más grande estupidez en la actualidad mexicana.
Peña Nieto es fanático incondicional de éste: ahí vemos como gobierna...
¡Memoria histórica, señores!
Los mitos de la bonanza económica del Porfiriato son eso: mitos.
Privatizó nuestros recursos naturales, violó la soberanía; como el chamaquete
de los Pinos, llegó a la presidencia fraudulentamente y se perpetuó en el poder.
El militar oaxaqueño, héroe de batallas importantes, una ves tomado el mando,
se reeligió. Al término de la intervención francesa, tenía 37 años y había peleado
 37 batallas...pero, si quieren más información: ¡búsquenla, instruyanse!

Leo que mucha gente pide a gritos: ¡Más masacres, fascismo, autoritarismo!
No, pues estamos jodidos...
No existe vocación democrática; sí, autocracia en grandes sectores de la sociedad;
el confort de ser esclavos obedientes les impide mover un dedo por el otro.

El colmo: lamer la bota del dictador; pedir que regrese de ultratumba a gobernarlos.
Ese es el mensaje del gobierno y las modernas aristocracias mandan: mano dura contra los disidentes y luchadores por la democracia.
 Estoy con los movimientos progresistas del país: la CNTE, el EZLN, Mireles y su causa; los trabajadores de San Quintin, la lucha de los Yaquis; los padres de los 43 estudiantes de de Ayotzinapa; las víctimas de Tlatlaya,  y todos aquellos
que pelean arduamente por transformar el país.

Porfirio Díaz y Franco, Pinochet, Somoza, Stroessner, Batista: entes funestos de la historia.








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