miércoles, 5 de agosto de 2015

ALTA FRECUENCIA.

                                       Alta frecuencia

Me obligo a hacer un recuento de la bondad en mi vida;
cómo esta ha estado presente.
El sentimiento puro (virtuoso) de la bondad lo descubrí
de niño. La bondad vibraba en una alta frecuencia, sobre
todo, en mi abuela y mi madre.
Ellas me enseñaron a sintonizarme en la bondad con sus
actos.
También conocí la maldad que vibraba en bajísima frecuencia.
Mi abuela la llamaba ignorancia del Ser o atraso espiritual:
"Quien actúa con maldad CREE estar lejos de su esencia divina",
decía.
Abordar la espiritualidad, no sólo en este escrito, sino en una
conversación cotidiana en los espacios comunes, suena extraño.
La mayoría de la gente no está interesada en estos temas.

"Trasciende la idea de que es más importante hacer otras cosas
que estar con tu alma" es la mejor sugerencia que me hizo la abuela.

Cuando viví la amarga experiencia de ser demandado al no poder
seguir trabajando por mi condición de salud; de ser traicionado
por mi mejor amigo;  abandonado a mi suerte por mi antigua pareja,
no pensé en maldad, pensé en ignorancia del Ser.
Al paso del tiempo, habiendo vivido intensamente el resentimiento,
descubrí que el corazón debe estar listo para perdonar, si no
es así, es el ego apresurando la decisión por extraño que parezca.

Y comencé a llenarme de compasión, compasión y gratitud:
era mi karma y lo pagaba de esa forma.
El origen de las acciones que lo generaron, lo desconozco ( son
los misterios de los que hablan los sabios ).

Al cuerpo físico, toda la atención, pero ¿el alma?:
barcos de papel en el vaivén de la marea...

La identificación con el cuerpo crea apego a este,
y surge el gran temor a la muerte, pero ¿quién teme? :
el EGO.

Cuando pierdes contacto con la bondad de tu corazón, cuando te vuelves
insensible a la presencia divina de los demás. Entonces tienes sentimiento
de estar lejos de la gracia.
Te Puedes estar engañando para evadir el dolor.

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