viernes, 3 de marzo de 2017

Ebrios.


Hablo borracho de borrachos.
Recargo en una pared mi tristeza
para mear chisguetes de astros.

En un vaso de unicel, aguardiente.
La noche gotea vidrios de sus ojos.

La noche es un órgano vivo,
un teclado chimuelo su sonrisa
"Me siento sola en mi infinito", grita.

Yo, muy fino, empecé con whisky,
luego, ginebra, ron, tequila, mezcal.

El asunto era trapear las calles con mi
alma para limpiarlas de mi: no dejar
           rastro de mi existencia.

Pero la chaqueta mental era "transformar
el mundo" trastornando el equilibrio de
mi mente.

Hablo ebrio de ebrios,
porque los ebrios somos
tabiques de cualquier muro
en cualquier ciudad.

JC

(escribe a yocreadormeconfieso@gmail Para adquirir
mi libro)

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