martes, 7 de julio de 2015

LA LOCURA.


                           La locura

Enfrentar la muerte o la desaparición de un ser querido es terriblemente
doloroso.
Todos lo hemos sufrido en cientos de encarnaciones.
Conocemos ese dolor y todas sus vertientes y desenlaces.
Pero lo hemos olvidado.
Vi morir a mis hijos en Nueva Delhi; el monzón acrecentó la corriente del
Río Sárasuati,  y se los llevó sin despedirnos.
Yo fallecí a los 80 años al lado de mi mujer Indra.
Llevé conmigo ese trauma como una marca ardiente.

En la segunda guerra mundial, mis padres, hermanos y tíos, fueron asesinados
por los nazis en un campo de concentración ubicado en Polonia; aun sufro esta
perdida en pesadillas que me hacen sentir una indescriptible desolación
y tristeza.

Pero si somos Consciencia Divina ¿cómo es que sufrimos lo que nunca ha
sucedido?

               ¿Locura?

Este individuo limitado lleno de defectos, prejuicios, pecados y dominado por emociones insanas; con una mente contraída, sigue siendo Consciencia Divina,
pero no cree que sea así: "No es lo suficientemente bueno para serlo",
piensa inconscientemente. Este es la  Anavamala ( sentimiento de indignidad.)

Creer es un acto de fe, de certidumbre.

Si el primer pensamiento que surge de nuestra mente ( Manas ) lo tomamos por cierto, lo convertimos en un acto de fe irrebatible por el simple hecho de haberlo pensado nosotros  ( Ego; y hacemos aguerridas Cruzadas, ejemplo: las religiones imperiales y territoriales ); al convertirse en un acto de fe, deja de ser un acto de raciocinio, ( razón ), esto significa que no DISCERNIMOS ENTRE UNA IDEA Y UN SENTIMIENTO DE FE: así operan ideológicamente todas las religiones basadas en el dualismo.


Si somos Consciencia divina ¿qué nos hace vivir estos dramas?

La Ignorancia de Ser esa Consciencia es la causa.

"Soy lo que soy", es una verdad incomprensible para la mayoría, pero optamos
por elegir estar contraídos y apegados a estas estructuras de pensamientos
 e ideas rígidas,  sin embargo: seguimos siendo la Consciencia Divina.

Es más, todos los caminos de la ciencia nos llevarán a la comprensión
de la unicidad, tarde o temprano.

La idea de dualidad, diferenciación, separación, pecado, Dios, Diablo, Infierno
solo es eso: una idea articulada para mantener la cordura en esta "realidad"
que nos proporciona el status de ser controlados por alguien fuera de
nosotros que no existe ¿es verdad? Esto podría explicar que hemos dejado de lado la búsqueda de nuestra luz.

Nuestros ancestros sabían de esta ilusión, de esta contracción y de esta locura.

El sabio Shankaracharya; las culturas orientales no dualistas; las culturas prehispánicas, el chamanismo Yaki, el Huichol, etc; las nórdicas, africanas, nos enseñan que somos Consciencia y no otra cosa.

Imaginemos una sala de cine con una enorme pantalla, mientras nosotros
observamos una película: la nuestra...
Todos los pormenores de nuestra personalidad, nuestros problemas, angustias,
dramas e inclusive, nuestros momentos dichosos, aparecen en esa pantalla.
Arriesguemos más: Imaginemos que observamos la vida de un alcohólico, o la
de un burócrata,o la de un campesino, la de un político, etc.
Atestiguamos su nacimiento, su infancia, su adolescencia, su etapa madura, su vejez, y por último, su muerte.
Siempre fue la misma Consciencia Divina  manifestandose como "este individuo":
nosotros.

   De locos ¿no?
















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