jueves, 2 de julio de 2015

GUARDAR LAS FORMAS, JUGAR EL JUEGO.

                 
                          Guardar las formas, jugar el juego.
                               

Kierkegaard escribió: "Arriesgarse produce ansiedad, pero no
significa perderse a uno mismo. Y arriesgarse en el sentido supremo,
es precisamente tomar conciencia de uno mismo.

El ego es un sentimiento de
separación, de ser esta persona en particular.

Es normal considerarnos esta persona que aparentamos ser, negarla,
sería enloquecer, pues estamos firmemente apegados a ella.
Tiene nombre, devenir, es hábil para muchas cosas; es reconocida
por los demás por su estatus, su intelectualidad, su talento, su capacidad
económica, su religión, y todo lo que hace.
Es parte de un mundo normal, o al menos, que se considera común
y normal así mismo.
El ego reclama como suyos los objetos y las emociones: mi depresión,
mi enfermedad, mi auto, mi mujer, mis hijos, mis deudas, mi pobreza, mi país,
mi lucha.
La persona o el individuo, es contracción de la Conciencia divina viviendo
una vida limitada.
El ego interfiere con la naturaleza humana al identificarse con el cuerpo
y su Agamas o funciones (sentidos).
El ego se siente apartado y esencialmente diferente de los demás.
Se experimenta como una entidad individual, aislada, que flota y rebota en
un mundo fragmentado; impide ver la totalidad armoniosa y coherente.
El ego es la decimoquinta tattva, el ahamkara en los estadios de la Conciencia.
Un ego impuro se identifica con los tattvas inferiores a él; el ego puro se identifica
con los tattvas superiores: "Soy el Ser, soy Conciencia, soy Dios.
Hay cuatro cosas principales con las cuales se identifica el ego.
 (1) Se identifica
con ciertas experiencias del Juego de la Conciencia como su vida personal.
(2) Se identifica con el cuerpo.
(3) Se identifica con la mente.
 (4) Se identifica con
las emociones.

Samskaras son impresiones kármicas del cuerpo sutil:

1. Apegos. Es lo que nos mantiene atados. Si ya somos todo, todo lo tenemos. Maya (Ilusión) es la sensación
de que podemos mejorar lo perfecto: el Ser manifiesto.

2. Aversiones. Lo que nos. disgusta. Lo que odiamos. Lo que criticamos y condenamos. Lo que nos parece repulsivo. Lo que no podemos aceptar de los demás.
Aversión es rechazar el ver que todo es Dios, y creer que no ha hecho un buen trabajo con su creación.

3. Compulsiones. Lo que hacemos sin pensar y sin usar el discernimiento o sentido
del dharma.

4. Identificaciones. Nos identificamos con el cuerpo y sus acciones,
creemos ser el hacedor.

5. Adicciones. Aquello que pensamos sin lo cual no podemos vivir (Posesiones).

6. Inhibiciones. Miedo al ridículo. Solo la persona o el individuo teme ser tonto
y vuelve rígido e inflexible en nuestro comportamiento y forma de pensar y
sentir.

Reconocer el estado superior espiritual:

1. Contentamiento.  Siempre estamos
inquietos, activos en todo momento, de no hacerlo nos sentimos flojos e inútiles,
y, claramente indignos. Esto se debe a la acción de  la rajas guna.

"El contentamiento es la meta más alta".

2. Ecuanimidad. Mantenerse igual, en equilibrio. No dejamos que nuestro estado
se modifique por uno de los seis "rompe estados". Si algo afuera de nosotros tiene
el poder de determinar nuestro estado interior, nos encontramos en terreno inestable. La ecuanimidad requiere de una convicción firme en el conocimiento
de nuestra propia Verdad.

3. Amor. El amor es la sensación secreta del Ser. El amor es el Ser; el sentido que
unifica el Todo. Cuanta más unidad experimentemos, más amor sentimos.
Cuanto más separados y aislados nos sentimos, menos amor experimentamos.

4. Compasión. Cuanto más elevado sea nuestro estado, más compasión sincera
experimentamos. La compasión verdadera es más que una emoción pasajera
que surge cuando algo malo le sucede a otra persona.
Es un estado. Se puede vivir en un estado de compasión.
La compasión y la dicha van de la mano.
Es la naturaleza del Ser manifestar compasión hacia todos los seres vivos.

El estado anula la aversión (samskara), ante todo lo que nos irrita y molesta.
Todas las cosas que odiamos de los demás reside en nosotros como la Sombra,
Esta proyección nos alivia el peso de no cargar con ellas e ignorarlas.
Compasión hacia nuestros samskaras y los de los demás, nos hace discernir
que estén libres, todos viven  como fueron condicionados para vivir.

5. Entrega. En el sentido espiritual, la entrega es renunciar a nuestro condicionamiento, nuestra mezquindad. Es renunciar  al poder del ego y
los samskaras. Los samskaras determinan como somos.

Nuestros Samskaras  escogieron a nuestros padres.

La entrega es la renuncia al control de aquello que va a pasar. Podemos
ser el observador, aun mientras estemos participando dhármicamente en esta
película. Este juego de la Conciencia. Pero renunciamos a la tensión y ansiedad
del intento de controlar.

Estamos en manos de Dios, y el quiere lo mejor para nosotros.
Dios nos ofrece algo más grande de lo que nuestra mente limitada
puede concebir. Pero tenemos que estar dispuestos a renunciar al
control y entregárselo a Dios.

Usemos seis preguntas cuando deseamos saber cuál es estado que
mantenemos:
¿Estoy contento!
¿Mantengo el equilibrio?
¿Está abierto mi corazón? ¿Estoy contento con mi estado interno?
¿Vivo en un estado de compasión?
¿Sostengo un estado de serenidad interior?
¿Me entrego a la voluntad de Dios?

1. Situaciones externas. El primer "rompe-estado" es lo que sucede
a nuestro alrededor. ¿Podemos mantener nuestra serenidad ante un
terremoto o una inundación?

En este mundo hay un sinfín de desafíos a nuestro estado interior.
El Guru habla a menudo de la importancia de la vigilancia.
Debemos cuestionarnos constantemente:  "Estoy manteniendo
mi mejor estado? ¿Puedo sostener la dicha pase lo que pase?
¿Qué tengo que hacer para conservar mi estado de dicha?"

2. Otras personas. ¿Te has dado cuenta con qué facilidad mantienes
tu estado cuando estás a solas en el bosque, en la playa o en una montaña?
No hay razón por qué dejar que los demás afecten tu estado.
Ámalos. Siente compasión por ellos. No condenes ni justifiques sus acciones
adhármicas: pero si mantente centrado en el amor y la compasión.
¿Vemos a los demás como expresiones de Dios? ¿O percibimos nada más
sus características inferiores y criticamos y hablamos mal de ellos?
La respuesta habla mucho del estado en que nos encontramos.

3. Palabras. Las palabras tienen un efecto poderoso en nosotros.
Si alguien nos dice: "¡Te ves espléndido!", nos sentimos maravillosos.
Si en cambio, la misma persona dice: Te ves horrible hoy, ¿qué te pasó?,
nos sentiremos muy mal. Somos la misma persona por dentro, nuestra
apariencia puede ser igual, pero nuestro sentimiento, nuestro estado
está determinado muchas veces por las palabras que escuchamos.

Baba Muktananda, hablaba con frecuencia del poder de la Matrika Shakti.
Él dijo: Un yogui se vuelve tan fuerte que la Matrika ya no lo hace bailar.

4. Nuestros propios pensamientos. Si nos perdemos en nuestros pensamientos,
nuestro estado se va hacia donde ellos nos lleven lo cual está determinado
en su mayor parte  por el condicionamiento de la mente.

5. Nuestros propios sentimientos. Sin el dominio de las fluctuaciones, Vikalpas
(pensamientos) mediante la meditación, nuestros sentimientos serán confusos
y terribles, como caballos desbocados.

La mayoría de la gente desdeña la meditación por creer que es una moda,
pero esta milenaria practica es el pilar fundamental de antiguas culturas
orientales y occidentales, antecesoras de filosofías que hoy nos rigen.
La meditación beneficia la  oxigenación del torrente sanguíneo, sintoniza el ritmo cardíaco con la frecuencia de sus pulsaciones, regula la febril actividad mental ,
nos permite estar con nuestras almas y facilita la introspección.
Las mas grandes enseñanzas universales surgieron de estados meditativos
de Sadus o santos.

6. Los deseos. El deseo es la la conciencia de escasez.
 Para desear algo, hay que sentir que nos falta algo, y que esto se obtiene si nos esforzamos o ahorramos suficiente dinero.
Los deseos de la mayoría de las personas son enfocados hacia
fuera; ellos arrebatan y se aferran a este mundo. Este mundo es Maya-ilusión.
Lo único que el mundo tiene para ofrecernos es el descubrimiento de que la
realidad existe dentro de nosotros mismos como nuestra Conciencia del Ser.
Lo demás cambia constantemente, naciendo muriendo, yendo y viniendo.


Está el ego y existe el Ser. No hay nada en medio del ego y el Ser.
La idea de que el ego existe es el ego mismo.
El Ser simplemente está aquí, deleitandose en su propia dicha, sin necesidad
alguna. Nada es capaz de romper su estado, ya que es lo que es.
No se ve así mismo de otra manera. Es el ego y la mente, incluyendo
los samskaras, lo que hacen que parezca real cualquier otra cosa.

Renunciar al ego es renunciar a cualquier sentido de escasez o frustración.
Es renunciar a los conceptos de nacer y morir.

Con amor, Ram.


















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