domingo, 2 de julio de 2017


Así es, en efecto, contundentemente el Presidente
es un asesino. Carece de culpa y remordimientos;
se vale de ajenos para matar. Sus secuaces, también 
son asesinos de negra conciencia.
El asunto es grave: posee El Poder y sus herramientas
son institucionales. 
Y defiende su gobierno sangriento como perro rabioso.
También aplica los verbos Espiar, Desaparecer, Asesinar
en Serie.
Los mexicanos le tememos; padecemos su patología.
A la fecha, nadie y nada lo detiene por también hurtar
nuestros bienes nacionales.
Quien lo protege es el caballo negro de este ajedrez
Nacional.
Es el Caligula Contemporáneo, ¡pero, alto! ¡El emperador 
fue asesinado por sus guardias!


JC

No hay comentarios:

Publicar un comentario