viernes, 18 de diciembre de 2015

Lo prohibido, lo más deseado.


                               Lo prohibido, lo más deseado.


Agarre firmemente el instrumento. Suavemente colóquelo entre sus labios, ahora cierre los ojos y disfrute su textura, no lo apriete muy fuerte, pues es innecesario para recibir placer; recuerde que la embocadura debe ser perfecta, en forma de ósculo, y que los músculos buccinador y masetero deben estar relajados no tensos. Evite morderlo o aplastarlo, podría estropearlo y se perdería momentos de inmenso e inimaginable disfrute. Relaje también sus maxilares: superior e inferior, y si está acostada o acostado, solo yerga gentilmente el cuello para realizarlo. Venden manuales sobre esta técnica, pero la experiencia directa es lo más recomendable. Este acto íntimo es digno de compartirse con amigas y amigos. Muchos años la puritana, abyecta y racista liga de la decencia prohibió e incluso castigó esta sublime práctica por excitar los sentidos y "promover la promiscuidad", pero, al paso del tiempo, las mentes liberales desprejuiciadas la rescataron para el bien de la humanidad. En el presente existen virtuosas y virtuosos de este acto oral-buca en público: la francesa Christelle Barton, por ejemplo.

¡No hay nada más emocionante que tomar el paquete, abrirlo y descubrir la sutileza del órgano de diez celdillas que vienen dentro!

Blues y luz.
José Cruz.


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