1
Misses muertas de hambre en cientos de navidades,
sin seguridad social humana que las bese;
las abrigaré del frío ventarrón del desempleo
con mis diez brazos.
No existen criaturas más vulnerables en el mercado de
Babel.
Ni almas de tanta nobleza para moldear el carácter de un
niño.
Y las ciudades las habitan viejos amargos sensibleros, ajenos
al cuidado de una miss de sutiles alas armadas en circunspecto
silencio.
¡Gracias Misses!
2
Soy un consumidor voraz de versos y de tortas de pavo ahumado.
Mi consumo de blues es irracional tanto que han subido de peso mis
oídos.
3
Amo a Patricia, amo a los amigos reencontrados en esta encarnación.
Sé que resolveremos pendientes y ataremos agujetas viejas y re escribiremos
antiguos pergaminos egipcios: sé que invertiremos roles para hacer ceniza
deudas pasadas; que persistiremos en florecer.
4
Fuiste persona, refinaste tus pensamientos y educaste las emociones, mas ese
maldito gen, ese estúpido historial de arrogancia misógina, de dramas maternales
y odios griegos desvelaron la sombra dionisiaca, y ve hoy tu condición: ¡edipo
esclavo!
5
¿A qué viene todo este cuento de lastimarse de mundo; de dolerse de todo?
¿Has pasado ese hambre que se aferra a los huesos, a las tripas y se queda a vivir
en el vientre como huésped eterno?
¿Te abrieron en dos el esternón y resuellas?
¿Cuánta justicia darás al planeta?
¿Eres tú el socialista que cambiará el país?
¿O eres el derechista que moverá a México?
Una cosa te digo: ¡el fuego en la sangre es berrinche de púber!
El odio siempre será odio nunca otra cosa.
Con ese fragor con que rompes el suelo patrio,
con el que lanzas consignas al infinito vacío,
da tu corazón entero, así como es, así: palpitante.
JC
No hay comentarios:
Publicar un comentario