sábado, 26 de diciembre de 2015

Argumentar

                                   
                               Vigilar y amar

                                          1

Nadie supervisa el amor: ¿Y el amor adolescente?

se pregunta uno: ¡bueno, solo la Iglesia piensa en

libido, suciedad, pecado!

¿Habrá algún día supervisores de amor?

De todos los impuestos ¿pagaremos impuestos

por amarnos?

¿Inspectores burócratas tabularan cuanto ama uno?

¿Lo detendrán en un reten para medirlo con un amorómetro?

¿Y si está uno excedido, lo meterán a la cárcel?

¿o lo torturarán por amar demasiado y subversivamente?

                                           2

No es erróneo decir que el amor a Dios se lo cobran a uno con

limosnas y autos y mansiones.

Tampoco es equivoco decir cuanto cuesta ir al cielo y cuánto vale

quedarse en el infierno.

¿Y los medidores de fe que nos visitan cada domingo con sus Biblias,

están en el purgatorio por pecadores o solo puro exhibicionismo mojigatez?

¡Qué joda para quienes fueron vigilados por pecar 2015 años!

¡Cuántas hierberas ardieron; cuántos místicos y alquimistas visitaron las mazmorras

papales!

¡Asesinos seriales, eugenistas, violaron Europa y después América!

¡Solo faltó le revisaran la trusa o las pantaletas o pidieran dormir bajo la cama

al vasallaje!

¡Si de pecar se trata: yo he pecado un chingo y debería vivir pensionado en el

infierno!

¡Qué tal una competencia de perversiones y pecados!

                                                  3

Que el amor, el erotismo, la sexualidad, la ciencia, el alma, lo etéreo sean; y que el

poder, la ambición, la obscenidad, la codicia, y la estupidez tomen asiento en

butacas de fuego: ¡ése es justamente el infierno!


JC.







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