lunes, 4 de abril de 2016

Poema.


Hay risas cínicas que apuñalan los oídos y perforan los ojos, que derriban casas,

que destruyen países.

Son como el temporal (durante las guerras suele producirse una disminución

 de la natalidad); risas que espinan la espalda y la dejan sangrada; risas crueles,

jodidas, que secuestran y violan. Como la risa de burro de este hombre con su

banda presidencial torcida, de mente perversa, de violador violado: olor de rata

parda que porta la peste.

¿Quién le puso la corona de olivos a este Nerón? ¿Qué poder abyecto

televisó nuestro fracaso humano al discernir? ¿Cómo es que creímos que la

imagen no solo fue la imagen sino los argumentos de un tahúr experto en barajar

los ases frente a nuestros ojos y engañarnos de vuelta y otras mil veces de vuelta

Pero el señor no huele a pueblo, huele a loción cara, importada; huele a sicario,

huele a cocaína: a muerte.

Que viva en nuestra tierra,es un grave atentado a la patria; una deshonra, un

delito injustificable.

Risas como corifeo fúnebre en la cámara de diputados y senadores: animales sin

casta ni honor que se disputan entre si los huesos del pueblo pobre para chingarlo

mas y mas.

Pero mi risa rebelde y libertaria,  abrirá todas las prisiones; las casas de seguridad,

las celdas de tortura, las mazmorras y sellará los pozos de sangre.

¡La risa de todos los Nestoras, los Mireles, los 43 de Ayotzinapa, los Acteales, los

ABC, las muertas del Estado;  de Jalisco, de Ciudad Juárez, de Tlatlaya, de

Apatzingan, etcétera, etcétera etcétera, etcétera, etcétera, juntas en una carcajada

de fuego en los zócalos del país harán arder esta terrible podredumbre humana y

seremos justicia, seremos paz, seremos compasión por nuestros hermanos!

JC




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