martes, 12 de abril de 2016

Poema.

*

¡Quien se nombre poeta: con solo gritarlo!
Los pájaros nunca dejan de arrullarse
con la brisa de la llovizna.
El gobierno de la naturaleza respira sereno,
paciente;  pausa sus ciclos sin ayuda humana.
Nosotros morimos aterrados ante el huracán
y el sismo; a ser tragados para la digestión
de la tierra incandescente, agrietada.
Nosotros los hombre, inventamos el asesinato;
el crimen horrendo de vernos distintos, desiguales:
de diferenciarnos.

El poeta es un grave accidente de la naturaleza,
es
un error de la especie.

JC



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