Soy música, fogón de poesía, luminosa oscuridad, palabra, esencial melodía. Soy el que observa y no el observado. Shiva y Tonatiuh son el uno.
domingo, 23 de septiembre de 2018
Puse la punta del pie en la poesía aceitosa de Sylvia Plath.
Pedazo de ébano en un bistec saladísimo en la mesa de
lluvia y relampagos.
El ostión era un ojo abierto: un suicidio de hojarasca que
cesó su aliento.
Alma enfermiza, trémula.
Marea de aguas malas incendiaron
sus tejidos.
Y los órganos fallaban y fallaban, y no se echaban a
andar
en la vida.
La poesía es responsable:
Poesía asesina de espita de gas
suicidio eterno.
Tardío reconocimiento a esta alma embrollada en sus
dudas.
Diosa en el Templo de las Compasiones:
No quedó mucho que matar más que un jirón de alma
salvaje hoy inolvidable.
JC
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