viernes, 17 de noviembre de 2017


ramaje.

                                      La vida es un ramaje.

¿Qué notas tocaré en la armónica para que el ramaje del cielo

se desprenda?

Deseo el lucero de la esquina aquélla,

la cintilante que me guiña el ojo.

Soy pobre y solo quiero ese brillo en las pupilas, pero antes debo

soplar más

fuerte.

De niño miraba el cielo y este me devolvía, condescendiente,

la mirada;

hacía un gesto de relámpago o de luna llena

o derramaba lluvia fría en mis párpados, mis labios.

¡Tengo diez años, le gritaba!; ¡Y estoy atrapado en este país,

en este planeta, en esta vida, ¡tus ramas me impiden volar!

"Ningún niño nació para volar en este mundo", parecía responder.

"Anda y juega en el parque", decía al parecer.

Hoy, a los sesenta dos, toco blues y suena la armónica con un destello

de amor en los ojos de mi alma.


JC.





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