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1
Del silencio surge el místico blues con su perfume
de bares y romances.

La tarde, puerta abierta al anochecer del alma.

Con párpados de lava miras tu indecencia, pero niegas
la ventolera que quebró tus alas.
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Somos asquerosamente humanos; hembras y machos con
sueños de poder, unos sobre los otros usados como títeres
de eugenistas dueños de los hilos y esta trama costosa.
-
Mi queja es un pellizco, apenas el sordo aleteo de un mosquito.

2
¡Bien que entregué el galope de los sentidos a la "T"de los semi
dioses ahorcados!

Hoy pendo como
 un pañuelo deshilachado
en el naufragio del viento.
-
El cuerpo lleno de ruego por
serpiente y pecado: la mujer
del finado.

3
Si, tu rostro en el barro de los
tiempos,rojas profecías que
se cumplen puntuales y exactas.

La misericordia en tus labios,
tu sexo escaldado como tu boca
viva aún.
Dices la verdad cuando la verdad
se hubo ido de la memoria
al libro del profeta falso.

4
Nada ha salido mal.
Nada podría haber resultado
mejor.
¿Cómo puede destruirse
lo aparente?
Millones vivieron y se fueron.
Nadie recuerda sus nombres
ni sus costumbres, ni sus pesares.
 Salva de ahogarte en el oceáno
del engaño.

Sólo queda este blues sonante...

JC