miércoles, 21 de octubre de 2015

7 de 12 (2)

                                             


                                         7 de 12 (2)

Ahora practico la meditación Siddha, pero antes me entregué intensamente a una sadhana negra, oscura; era un alma a la deriva buscando el sentido de la vida y de la muerte...Mi acercamiento a las drogas sagradas (plantas de poder), tenían un compromiso claro, luminoso y otro sombrío y confuso. Vivía la dualidad de las filosofías que solo conciben la existencia del cuerpo-alma, y en ese ámbito me perdía, daba vueltas como una palomilla que se estrellaba en la luz. Poseía un corazón seco de fe que anhelaba conocer a Dios, mas teorizaba y especulaba para negociar con Él una paz interior dentro de la tormenta y esto tenía un poder
inconmensurable alimentado por la incertidumbre. Maya, la Diosa de la ilusión me hacía creer fervientemente en la imperfección, en la ignorancia y todo era producto del olvido del Ser. La experiencia de primera mano es invaluable; quien confronta el dolor de la perdida, quien se va al vacío en la búsqueda, toca fondo hasta que se transforma. Y sarvam khalvidam brahma: "todo es ciertamente el Absoluto" reza la filosofía Vedantina:"Todo es Dios". Pero pretendemos llevar una vida común y ordinaria llena de avatares y sufrimiento, somos expertos en sufrir por nuestra incertidumbre, y cuando visitamos el mar sabio, queremos sustraerlo todo en un simple vaso. Una existencia llena de pereza sin búsqueda alguna es cómoda aparentemente, mas tarde o temprano empezamos a vivir este karma residual que traemos de manera inherente y entonces si nos ponemos en marcha.
Saber que vivimos el juego de la Conciencia Divina conscientes de que somos la Conciencia Divina, nos abre el escenario de la danza del alma que se regocija al observar y atestiguar la dualidad, la diferenciación y la diversidad como El UNO y ya no como el Jiva (alma humana contraída).
El sentimiento de expansión al tocar un blues o  una canción, o al cantar un bajhan devocional es la misma expansión del Universo;  cuando nos contraemos, es la propia contracción universal dentro de nosotros.
No existe nada a contra natura solo el concepto contra natura. No existe nada como pecado solo el concepto pecado, y así entre conceptos y etiquetas nos vamos alejando de la Verdad Suprema: El Ser.

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