viernes, 5 de julio de 2019

La bruja de fuego anda suelta por la orografía del país;
por sus entreveros y cañadas,

va causando incendios de un fuego renovador que peina
las canas de los ancianos pastizales.

Los ancestros cuentan que es la bruja de las transformaciones;
de los ciclones, de las revoluciones.

Afirman que ha llegado la hora que nadie puede detener ni
eludir; quienes robaron hectáreas a las nubes perderán las
manos, quienes salaron el agua serán arrojados a los arrecifes
del mar seco.

Quienes asesinaron la serena respiración de los corazones viejos
mientras dormían y soñaban; quienes desaparecieron a la juventud
de la montaña esa noche perlada de balas y no de estrellas,
verán desprenderse la carne de su rostro lentamente mientras
cientos de hormigas felices devoran las cuencas óseas y las
vacían de mirada...

Será la hora del ajuste de engranes; de tejer los bordes de la tierra
y unirla en una sola y única piel.
el país con un curetaje profundo en las encías.

"El tiempo se acabó, Felipe Calderón y convictos en la calle.

JC

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