lunes, 7 de agosto de 2017


6:36 am, un mosquito kamikaze ronda mi cabeza con saña.
Sé que Dios, con su grandísima misericordia, creó a estas
pequeñas criaturas como un acto sádico y vengativo contra
la especie humana a la que aborrece como todo padre-Dios- 
griego odia a sus hijos, (recuerdo a Jung y su Mitologema 
sobre Edipo y  Electra; Yocasta y Layos).
La creación del "Cubo-Dios" me lleva de súbito a la Geometría 
Sagrada de los egipcios y sus gatos momificados.
"La yegua de la noche", pesadilla (nightmare en inglés), me ha
arrancado del sueño a la vela y estoy irritable como cualquier
animal insomne. "Cubo" es masculino; "Curva" femenina, pero
complementados: La Flor de la Vida. En la búsqueda sin cesar de
uno mismo y esa alma atada al cuello como suéter para que no
la hurte el viento. Porque quien insinúe siquiera a la poesía 
indispensable debe considerarse vidente lúcido en un mundo de 
cuerdos sifilíticos.
El desvarío no ayuda a escribir coherencias después de un agotador
y gozoso concierto donde un socavón se tragó dos vidas: La Gran 
Cuernavaca, Morelos. 
El sueño me encuentra y me cierra los párpados con uñas de arpía.
Me muero-fallezco-duermo.

JC
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario