Soy música, fogón de poesía, luminosa oscuridad, palabra, esencial melodía. Soy el que observa y no el observado. Shiva y Tonatiuh son el uno.
lunes, 18 de julio de 2016
Griots.
Unos tragos de cerveza tibia que es noche de blues, amigas,
amigos.
Serpientes de lluvia se enredan en los brazos bajo el suéter
y amoratan la piel.
Lo que nos congrega no es la tristeza si no algo más antiguo;
un misterio desconocido que pesa como si trajéramos cargando
tres almas cada quien, cada cual, cada uno.
Por eso nuestro canto es lerdo y lentas las palmadas: somos la trinidad
del blues encarnada.
Somos lejanamente ancestrales cuando en el pozo de la noche
miramos nuestro reflejo estelar, cósmico.
Intuimos esta música por ser humanos, por ser tribales; nuestras
almas, sabemos, se funden al todo cuando danzamos, cuando las
gargantas cantan hasta el aullido seminal, primigenio.
No somos distintos a esos gitanos cuyos corazones se apuestan
en la mesa de las carnes y el ajenjo. Tampoco a los africanos
de nombres musulmanes que llegaron a ser emperadores y
Griots.
Pero la noche mexicana es nuestra en su profundidad más negra.
Noche de blues y lluvia, amigos, amigas.
JC.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario