Buenos días.
El virus.
La calle donde vivo: sola.
El viento bate sus alas pero
no agita el cabello de la gente
que mastica y vomita miedo
desde sus ventanas selladas.
Y sí, caen los cuerpos en cama
y parten las almas acompañadas por
nuestras adoloridas lagrimas.
Los más cercanos, los amigos queridos
se nos van sin siquiera un roce de manos
O un abrazo apretado.
¿Quién arrojó la asfixia a los pueblos?
Esa "peste" moderna ¿de dónde?
¿La naturaleza nos advierte?
¿Qué secreto callan los pájaros en el alambre?
¡Duele lo desconocido y nos sorprende con las
ropas abajo en la íntima recamara!
JC
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