jueves, 4 de octubre de 2018

Ciudad:
Un individuo con pies calientes de desierto
incinera las banquetas que pisa.
Un edificio tupido de pájaros en sus cuartos,
canta un himno irreverente que pone al cristal
nervioso como gelatina
y estalla por dentro y salpica de astillas tus ojos.
Lecho:
Los Dientes fracturados por la tristeza: collar del
desamor: duelo en el cuello de los perros y lumbre
en los hombros de Leonard Cohen, con su voz de
acetato, y su fotografía de buda.
Callejón:
El jazz ansioso de una trompeta prohibida en los
guetos de Portales arroja a los vagos a bailar
desnudos en la calle.
Resuena la armónica dentro de una bacinica de
peltre el blues de la maldita incontinencia.
-Presente:
Es el Siglo xxi, esta vez no hay primavera de flores,
pero si, la misma ideología que hacía odiar al Vietcong,
ahora subsidiada por las élites, para el control demográfico
entre mujeres y hombres.
-Atemporalidad:
Existen almas que son libros de sabiduría, que se mojan
en la lluvia por esparcir las enseñanzas de  la diosa Vack
en las pocas esquinas de la libertad humana.
Recuerdo que la humanidad sepultó a la naturaleza para
fundar ciudades: jaulas conceptuales sinónimo de su mente.
CIVILIZACIÓN, la llaman.

JC





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