miércoles, 6 de enero de 2016

Blues nacional.



                   La reconstrucción social del blues mexicano.


La estrategia de la colonialidad es desidentificar a los pobladores
nativos de los países de economías dependientes y empobrecidas,
con su raíz y su historia.
La segunda fase de esta estrategia es "La enculturización":
esto es, que el inconsciente colectivo asimile usos y costumbres ajenos,
que aspire a estos estilos de pensamiento, vida y anhelos.
Contrario a la conquista española cuyo fracaso la llevó al genocidio
de etnias competas, ahora, la enculturización está en manos de los
medios de comunicación privados.
El individualismo que fomenta el capitalismo salvaje y que
disgrega lo colectivo y lo social,  refuerza una suerte de lucha de clases
inferida (endógena y exógena).
México, país de 70 millones de pobres, sin acceso a empleo y
a salud; corrupto desde sus cimientos y cuyas instituciones
pasan por el filtro del control político, ha rendido sus pies ante
la antropofagia económica, social y política de los países ricos
y dominantes.
La geopolítica respecto del país vecino, EEUU, determina qué
modelo económico adopta la oligarquía mexicana y qué
tipo de gobierno elige.
Los múltiples beneficios de imponer una presidencia por parte
de una multinacional de la comunicación, Televisa, lesiona gravemente
el ejercicio electoral democrático estipulado en la constitución
y se convierte de facto en un golpe de estado de la oligarquía aristocrática
mexicana a sus gobernados.
Al violar el derecho a elegir, se violan todos los derechos humanos: el
derecho a la seguridad social, al trabajo, a un modelo cultural
nacional incluyente, a la libre manifestación de las ideas.
La cultura es un bien social, un patrimonio unificador  y fortalecedor
de la identidad nacional.
Sin embargo, este modelo político-económico atenta contra el desarrollo
del concepto Nación al ponderar la enculturización como un beneficio
social: privatizar los energéticos, la salud, el agua y el territorio:
la misma soberanía.

 ¿Un blues nacional?

En este contexto económico, político y social debemos abordar la discusión
sobre la reconstrucción de un blues nacional.

Recordemos los 70's de la guerra sucia y la prohibición del rock.

En el 68, estudiantes, magisterio y obreros, manifestaron una oposición coherente
 y articulada contra el capitalismo represivo de Ordaz (miembro selecto de la CIA).
El sistema opresor respondió con el genocidio (Plaza de las tres culturas).
A partir de la masacre, el gobierno de Ordaz y los burós policiacos de EEUU,
iniciaron una guerra sucia (por inconstitucional) en contra de los grupos guerrilleros existentes y los líderes y organizaciones políticas del movimiento; y contra la juventud en general.
Esta guerra sucia, similar a las dictaduras en América Latina, desapareció,
ejecutó, secuestró, torturó y aniquiló a millares de disidentes.

El gobierno de Luis Echeverría Alvarez (también miembro selecto de la CIA),
continuó el estado de excepción con la masacre del 10 de junio del 71:
"El Halconazo". Ese año se llevó a cabo el Festival de Avándaro, último
concierto masivo de rock en México.

Avándaro, cuya organización nació de la buena fe de músicos empresarios, se convirtió en un pretexto para reprimir la libertad de asociación y manifestación de  la juventud mexicana.
Hubo víctimas y villanos; grupos afectados y denostados; gente honesta
 y empresarios de la comunicación oscuros comoLuis de Llano Macedo.
El estado y la clase dominante, acallaron la voz rebelde de los jóvenes.
Por decreto se prohibieron las manifestaciones políticas, y mucho más: los conciertos de rock.
Después de diez años, el rock satanizado por la sociedad conservadora, excluido de los espacios radiofónicos por gobernación,
se refugio en los hoyos fonky,(como los llamaba Parmenides Garcia Saldaña, escritor de La Onda), para reaparecer subterráneamente en la independencia.

La canción política, la trova mexicana, el rock y el blues contestatario.

El movimiento de la canción política

"La música acompañó mítines, asambleas, concentraciones y marchas, no sólo como fondo para amenizar el momento de lucha, también como medio para propagar las ideas y registrar los acontecimientos de 1968 en la Ciudad de México, que culminarían en el sangriento 2 de octubre.
Rock, canción de protesta y folclor abanderaron las protestas juveniles; para nada figuran los temas melosos de los tríos, ni la música ranchera. No cuadraban con las consignas: 'Prohibido prohibir', 'Mamá no vemos en la Procu', 'Veterinaria presente, vacuna a tu granadero' y otras tantas igual de combativas, irónicas, alegres y críticas;  La música latinoamericana de protesta se comienza a escuchar a través de Radio Universidad, el noticiero del Consejo Nacional de Huelga comenzaba con el tema Me gustan los estudiantes de Violeta Parra. Sonaban canciones de Daniel Viglietti como a DESALAMBRAR.
Meses antes del inicio del revuelta juvenil se presentó en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM la compositora y cantante Judith Reyes, quien a través de corridos dejó una marca en los estudiantes, con el paso de los días escribió corridos de los combates del Politécnico, a Díaz Ordaz, a la ocupación militar de la Universidad; Gorilita, gorilon; Coplas de las medallas; entre otras canciones."
escribe el periodista Paris Alejandro Salazar.

El cantautor Oscar Chavez, se involucró también en las protestas desde el 62
en la UNAM y en La Plaza Roja de Zacatenco: Los Nakos, José de Molina, León Chavez Teixero, Gabino Palomares y Amparo Ochoa.
Anthar López y Margarita Cruz, crearon la Peña Tecuicamine, lugar de congregación
de compositores y grupos musicales que vivieron el 68.
Ahí se fundo LIMAR:  liga independiente de músicos y artistas independientes revolucionarios.
Como nos ilustra Toño Canica, organizaciones populares artísticas: CLETA,
LIMAR, LA PEÑA MORELOS, TEPITO ARTE ACA y el TAI, dieron continuidad
al movimiento social y político nacido del 68.
El rock y el blues fueron rebasados entonces; los músicos del folklore vieron
con recelo la presencia de los grupos que cantaban en inglés.
Eran sinónimo del imperialismo de EEUU, pero no atendieron a los nuevos
proyectos de rock y blues en español: Real de Catorce, El TRI, MCC,Guillermo Briseño, On'Ta y otros.

Encuentro Nacional de la canción.

 En estos se discutía si abordar el tema político estaba suscrito solo
a la propagación de las ideas políticas (panfletos), o si escribir sobre la subjetividad
del individuo excluía el contexto social y entonces, era una expresión pequeño burguesa anti revolucionaria.

El Foro Tlalpan.

Fruto de estas discusiones, un grupo importante de compositores, se separaron
de LIMAR y fundaron un espacio donde se expresaba la canción sin autocensura
y que a través de las vivencias  íntimas, daba cuenta del entorno social.
El Bonzo, de Jaime López, mostraba la posibilidad de hablar sobre temas existenciales en una canción e ir más allá del tema meramente político.
Aporta la destreza de un manejo literario claro y diáfano.
Roberto González, cuestiona   "¿ Y con qué fin, toda esta dialéctica en la historia?
¿Para qué ir al paraíso estando muertos?  ¿Para qué alcanzar la gloria estando vivos? Si la gloria está muy lejos de este huerto", el autor toca un tema clave: la
retórica de la izquierda mexicana; con una crítica profunda y estremecedora,
exhibe el dogmatismo y llega a la esencia del pensamiento que Nietzsche planteo:
"voluntad de poder": es una voluntad vital, expansiva, dominante... una voluntad que se engendra a sí misma y que quiere su propio querer.

Rockdrigo González, "El Profeta del nopal", filoso y cáustico, era poseedor
del estado blue. Sus reflexivas y melancólicas canciones, contienen la esencia
del blues:

SI VOLVIERA EL AMOR
SI TUVIERA UN HERMANO UN AMIGO
UN SUEÑO A LA MANO
MORIRÍA ESE DOLOR
DE BUSCAR EL CALOR
EN EL CRUEL LABERINTO
DE ESTE VASO DE ALCOHOL
DE ESTAS CALLES SIN SOL ...
Con su armónica en el arnés, esto es blues como lo son, las canciones de José Alfredo Jiménez en la voz de Chavela Vargas.

Armando Rosas, con su Tocata Fuga y Apañón hace blues y rock a su antojo:

En el lomo del viento monta una pesadilla,
 el eco de su espuela quema la banqueta,
 rasca la avenida. Escúrranse peatones por las alcantarillas.
 El sherif viene armado con un decreto en cada mano.
Sonaron las trompetas La caza empezó.
Si no tienes charola escóndete mejor.
Tírate pecho tierra en cualquier rincón,
no muevas ni una oreja puede ser peor.
En el lomo del viento... escurranse peatones...
Sonaron las trompetas...
 Y si el juego del viento te agita un mechón,
 y si en cualquier banqueta te tuesta el sol.
No te alucines viejo. Eso no es sensación.
Lo tuyo es espejismo, mera obsesión.

El compositor poblano, Carlos Arellano, compuso este rock
magistral:

Va esta rola

a esa flota treintañera

que nació entre rocanroles

y entre rocanroles ha de morir.

No hagan olas

los que dicen: 'oh qué pena

que ya estando tan huevones

no se quieran corregir

si somos muy buenos muchacho

si acaso un poco borrachos

muy decentes ¡eso sí!

Hay de todo

arquitectos sin oficio

exmarxistas liberados

prófugos de la universidad,

sibaritas

periodistas sin permiso

músicos desvalagados

necios todos contra la sociedad,

y todos somos muy honrados
pero un poco desgarbados

muy corteses ¡no dudar!

Poco importa

esa frente que se ensancha

los riñones que se quejan

y la greña que se empieza a platear,

yo diría

que la edad nos viene guanga

que los bravos no se dejan

y que hay mucho por rocanrolear

y si sentáramos cabeza

sería por tanta cerveza

y sólo un rato nada más.

Treintañeros

hagan sus quinielas

suban sus apuestas

que aquí tenemos que adivinar

a quién de éstos

se le enjuician las muelas

se echa el mundo a cuestas

y ¡pum! se encarrilará

y por lo mientras no se cansen

que mañana nadie sabe

quien despierte en la ancianidad.

Gerardo Enciso, compositor de Guadalajara,
compuso:

Horario coagulado a medio día con la lluvia a cuestas no hay sonrisas. Ni siquiera el dulce rostro de mentiras que te mira de reojo en la vitrina. Pero ahora llueve no me importa. Si me tomas o me dejas y las bardas son un circo, si prohiben las tocadas y las bandas pintan ¡basta! Amo a mi país, pero él no me ama a mí.x2 Amo a mi país. Sudando en cada esquina la agonía con la rabia a cuestas no hay sonrisas. Ni siquiera el tonto rostro de oficina que te mira y que te pide la cartilla. Pero ahora llueve nada importa. Sin dinero en los bolsillos pido fiada una cerveza vuelvo a casa y mi guitarra ya me espera. Amo a mi país, pero él no me ama a mí.x2 Cansado ya de sobrevivir y de sentir la soga al cuello, con el rostro hundido en una cerveza se acabaron las ganas prendidas de andar. Amo a mi país, pero él no me ama a mí. Amo a mi país.

Juan Pablo Proal, articulista de Proceso, escribió:

A principios de los ochenta, una nueva camada de músicos politizados se conformó en el Foro Tlalpan, sitio fundado por el cineasta Sergio García. Ahí comenzó Rockdrigo González, el poeta urbano de la ciudad de México. También Jaime López, rudo crítico de todo lo establecido. Y Real de Catorce, con los poemas crudos de José Cruz.

Por su extensión, este artículo no puede hablar a detalle de las fechas emblemáticas del rock nacional, pero a mediados y finales de los ochenta surgieron más grupos que hablaban del entorno social. La Maldita Vecindad, Botellita de Jerez, Santa Sabina y La Castañeda, son algunas de ellas. Los noventa no estuvieron exentos de grupos críticos: Café Tacuva, Molotov y Control Machete, por citar los más representativos.

Cada uno de estas bandas confrontó al sistema y retrató los abusos de su época. Algunos incluso sufrieron persecución y censura por parte de disqueras y la televisión pública.

El filósofo alemán Herbert Marcuse observaba que la generación de los sesenta estaba tan politizada, en gran parte, porque sus líderes, los músicos, eran personas informadas y activas. Los seguidores de las bandas mencionadas no sólo las admiraban por sus melodías, sino porque sentían su realidad reflejada en sus letras.

De regreso a este 2012, año electoral, si escuchamos a los grupos de rock podemos también entender la indiferencia de gran parte de esta generación. No hablan de la guerra contra el narcotráfico, del desempleo, de la exclusión, del estado militarizado ni de las muertas de Juárez. En cambio, prevalecen canciones sobre amores y desamores. Si bien existen bandas independientes que aún están interesadas en la injusticia, la oferta comercial es abrumadoramente más poderosa.

Esta es una mínima muestra del legado que los rockanroleros y compositores, que los actuales grupos no asimilan.

Pero con estos ejemplos, mostramos que la lírica es asequible a las generaciones actuales si se afanan en el oficio de escribir canciones de contenido.

Reconstruir socialmente el blues mexicano, es conferirle atributos de
identidad mediante el idioma de las mayorías.
Y exige proyectos culturales resistentes a las políticas privadas y oficiales.
El contexto social y cultural en un sistema de libre comercio, determina
los lineamientos de una cultura de consumo "sugerida".
El colectivo marginal aspira a ser representado socialmente en los mercados
y en los medios masivos de comunicación por derecho.
Esta contradicción ha creado una crisis aguda en el rock y en  el blues .
Es decir: un rock y un blues clasista que impide cualquier movimiento socio-cultural que no reproduzca los patrones  ideológicos dominantes.

Objetivamente: interpretar blues o rock en inglés es estar enculturizado
al no proponer proyectos alternos que reafirmen nuestra identidad.
El idioma, que hoy nos confiere identidad propia, fue también
fruto de un proceso de enculturización forzada: la conquista española.

Después de diez años de censura, el rock satanizado por la sociedad conservadora, prohibido y censurado por gobernación, se refugio en los hoyos fonky, (como los llamaba Parmenides Garcia Saldaña), escritor de La Onda, para reaparecer subterráneamente en la independencia.

La canción política, el canto nuevo, el rock y el blues contestatario.

En este contexto económico, político y social debemos abordar la discusión
sobre la reconstrucción de un blues nacional.

Si atendemos a las influencias culturales, chocamos contra el
muro del idioma.
Especificando: el blues y el rock son ajenos a nuestra cultura e idioma.
El rock, creado en EEUU por los negros, y que fue blanqueado y desposeído
del ingrediente rebelde e incómodo moral y políticamente, llegó a México a través de un medio concesionado monopólico: Telesistema mexicano,
quien lo reprodujo tal cual, pero en español (el cover).
Su éxito comercial fue evidente, mas el edulcorante sólo atrajo a una generación.

Es deseable una discusión sobre el blues nacional.

No existe un blues puro, este es el resultado del sincretismo de diversas culturas
e idiomas. Inclusive en su estructura es flexible:rock y jazz.
Esta maleabilidad lo hace universal: un legado universal es eso y no una contracción meramente estructural.

La aceptación consciente de que los grupos están enculturizados; que el español
es el idioma que afirma nuestra identidad, daría como resultado, el rescate
y enriquecimiento cultural de este género en el país.

Real de catorce ha sido el punto de quiebre.
Ha mostrado la posibilidad de crear blues en español. Un blues de calidad que ha trascendido a otros países.
Un manejo del lenguaje tanto coloquial como poético; expresividad humana
en su música.

El blues fue la música que los negros del Delta descubrieron, no por ser negros,
si no por ser humanos.

JC.




















                   La reconstrucción social del blues mexicano.


La estrategia de la colonialidad es desidentificar a los pobladores
nativos de los países de economías dependientes y empobrecidas,
con su raíz y su historia.
La segunda fase de esta estrategia es "La enculturización":
esto es, que el inconsciente colectivo asimile usos y costumbres ajenos,
que aspire a estos estilos de pensamiento, vida y anhelos.
Contrario a la conquista española cuyo fracaso la llevó al genocidio
de etnias competas, ahora, la enculturización está en manos de los
medios de comunicación privados.
El individualismo que fomenta el capitalismo salvaje y que
disgrega lo colectivo y lo social,  refuerza una suerte de lucha de clases
inferida (endógena y exógena).
México, país de 70 millones de pobres, sin acceso a empleo y
a salud; corrupto desde sus cimientos y cuyas instituciones
pasan por el filtro del control político, ha rendido sus pies ante
la antropofagia económica, social y política de los países ricos
y dominantes.
La geopolítica respecto del país vecino, EEUU, determina qué
modelo económico adopta la oligarquía mexicana y qué
tipo de gobierno elige.
Los múltiples beneficios de imponer una presidencia por parte
de una multinacional de la comunicación, Televisa, lesiona gravemente
el ejercicio electoral democrático estipulado en la constitución
y se convierte de facto en un golpe de estado de la oligarquía aristocrática
mexicana a sus gobernados.
Al violar el derecho a elegir, se violan todos los derechos humanos: el
derecho a la seguridad social, al trabajo, a un modelo cultural
nacional incluyente, a la libre manifestación de las ideas.
La cultura es un bien social, un patrimonio unificador  y fortalecedor
de la identidad nacional.
Sin embargo, este modelo político-económico atenta contra el desarrollo
del concepto Nación al ponderar la enculturización como un beneficio
social: privatizar los energéticos, la salud, el agua y el territorio:
la misma soberanía.

 ¿Un blues nacional?

En este contexto económico, político y social debemos abordar la discusión
sobre la reconstrucción de un blues nacional.

Recordemos los 70's de la guerra sucia y la prohibición del rock.

En el 68, estudiantes, magisterio y obreros, manifestaron una oposición coherente
 y articulada contra el capitalismo represivo de Ordaz (miembro selecto de la CIA).
El sistema opresor respondió con el genocidio (Plaza de las tres culturas).
A partir de la masacre, el gobierno de Ordaz y los burós policiacos de EEUU,
iniciaron una guerra sucia (por inconstitucional) en contra de los grupos guerrilleros existentes y los líderes y organizaciones políticas del movimiento; y contra la juventud en general.
Esta guerra sucia, similar a las dictaduras en América Latina, desapareció,
ejecutó, secuestró, torturó y aniquiló a millares de disidentes.

El gobierno de Luis Echeverría Alvarez (también miembro selecto de la CIA),
continuó el estado de excepción con la masacre del 10 de junio del 71:
"El Halconazo". Ese año se llevó a cabo el Festival de Avándaro, último
concierto masivo de rock en México.

Avándaro, cuya organización nació de la buena fe de músicos empresarios, se convirtió en un pretexto para reprimir la libertad de asociación y manifestación de  la juventud mexicana.
Hubo víctimas y villanos; grupos afectados y denostados; gente honesta
 y empresarios de la comunicación oscuros comoLuis de Llano Macedo.
El estado y la clase dominante, acallaron la voz rebelde de los jóvenes.
Por decreto se prohibieron las manifestaciones políticas, y mucho más: los conciertos de rock.
Después de diez años, el rock satanizado por la sociedad conservadora, excluido de los espacios radiofónicos por gobernación,
se refugio en los hoyos fonky,(como los llamaba Parmenides Garcia Saldaña, escritor de La Onda), para reaparecer subterráneamente en la independencia.

La canción política, la trova mexicana, el rock y el blues contestatario.

El movimiento de la canción política

"La música acompañó mítines, asambleas, concentraciones y marchas, no sólo como fondo para amenizar el momento de lucha, también como medio para propagar las ideas y registrar los acontecimientos de 1968 en la Ciudad de México, que culminarían en el sangriento 2 de octubre.
Rock, canción de protesta y folclor abanderaron las protestas juveniles; para nada figuran los temas melosos de los tríos, ni la música ranchera. No cuadraban con las consignas: 'Prohibido prohibir', 'Mamá no vemos en la Procu', 'Veterinaria presente, vacuna a tu granadero' y otras tantas igual de combativas, irónicas, alegres y críticas;  La música latinoamericana de protesta se comienza a escuchar a través de Radio Universidad, el noticiero del Consejo Nacional de Huelga comenzaba con el tema Me gustan los estudiantes de Violeta Parra. Sonaban canciones de Daniel Viglietti como a DESALAMBRAR.
Meses antes del inicio del revuelta juvenil se presentó en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM la compositora y cantante Judith Reyes, quien a través de corridos dejó una marca en los estudiantes, con el paso de los días escribió corridos de los combates del Politécnico, a Díaz Ordaz, a la ocupación militar de la Universidad; Gorilita, gorilon; Coplas de las medallas; entre otras canciones."
escribe el periodista Paris Alejandro Salazar.

El cantautor Oscar Chavez, se involucró también en las protestas desde el 62
en la UNAM y en La Plaza Roja de Zacatenco: Los Nakos, José de Molina, León Chavez Teixero, Gabino Palomares y Amparo Ochoa.
Anthar López y Margarita Cruz, crearon la Peña Tecuicamine, lugar de congregación
de compositores y grupos musicales que vivieron el 68.
Ahí se fundo LIMAR:  liga independiente de músicos y artistas independientes revolucionarios.
Como nos ilustra Toño Canica, organizaciones populares artísticas: CLETA,
LIMAR, LA PEÑA MORELOS, TEPITO ARTE ACA y el TAI, dieron continuidad
al movimiento social y político nacido del 68.
El rock y el blues fueron rebasados entonces; los músicos del folklore vieron
con recelo la presencia de los grupos que cantaban en inglés.
Eran sinónimo del imperialismo de EEUU, pero no atendieron a los nuevos
proyectos de rock y blues en español: Real de Catorce, El TRI, MCC,Guillermo Briseño, On'Ta y otros.

Encuentro Nacional de la canción.

 En estos se discutía si abordar el tema político estaba suscrito solo
a la propagación de las ideas políticas (panfletos), o si escribir sobre la subjetividad
del individuo excluía el contexto social y entonces, era una expresión pequeño burguesa anti revolucionaria.

El Foro Tlalpan.

Fruto de estas discusiones, un grupo importante de compositores, se separaron
de LIMAR y fundaron un espacio donde se expresaba la canción sin autocensura
y que a través de las vivencias  íntimas, daba cuenta del entorno social.
El Bonzo, de Jaime López, mostraba la posibilidad de hablar sobre temas existenciales en una canción e ir más allá del tema meramente político.
Aporta la destreza de un manejo literario claro y diáfano.
Roberto González, cuestiona   "¿ Y con qué fin, toda esta dialéctica en la historia?
¿Para qué ir al paraíso estando muertos?  ¿Para qué alcanzar la gloria estando vivos? Si la gloria está muy lejos de este huerto", el autor toca un tema clave: la
retórica de la izquierda mexicana; con una crítica profunda y estremecedora,
exhibe el dogmatismo y llega a la esencia del pensamiento que Nietzsche planteo:
"voluntad de poder": es una voluntad vital, expansiva, dominante... una voluntad que se engendra a sí misma y que quiere su propio querer.

Rockdrigo González, "El Profeta del nopal", filoso y cáustico, era poseedor
del estado blue. Sus reflexivas y melancólicas canciones, contienen la esencia
del blues:

SI VOLVIERA EL AMOR
SI TUVIERA UN HERMANO UN AMIGO
UN SUEÑO A LA MANO
MORIRÍA ESE DOLOR
DE BUSCAR EL CALOR
EN EL CRUEL LABERINTO
DE ESTE VASO DE ALCOHOL
DE ESTAS CALLES SIN SOL ...
Con su armónica en el arnés, esto es blues como lo son, las canciones de José Alfredo Jiménez en la voz de Chavela Vargas.

Armando Rosas, con su Tocata Fuga y Apañón hace blues y rock a su antojo:

En el lomo del viento monta una pesadilla,
 el eco de su espuela quema la banqueta,
 rasca la avenida. Escúrranse peatones por las alcantarillas.
 El sherif viene armado con un decreto en cada mano.
Sonaron las trompetas La caza empezó.
Si no tienes charola escóndete mejor.
Tírate pecho tierra en cualquier rincón,
no muevas ni una oreja puede ser peor.
En el lomo del viento... escurranse peatones...
Sonaron las trompetas...
 Y si el juego del viento te agita un mechón,
 y si en cualquier banqueta te tuesta el sol.
No te alucines viejo. Eso no es sensación.
Lo tuyo es espejismo, mera obsesión.

El compositor poblano, Carlos Arellano, compuso este rock
magistral:

Va esta rola

a esa flota treintañera

que nació entre rocanroles

y entre rocanroles ha de morir.

No hagan olas

los que dicen: 'oh qué pena

que ya estando tan huevones

no se quieran corregir

si somos muy buenos muchacho

si acaso un poco borrachos

muy decentes ¡eso sí!

Hay de todo

arquitectos sin oficio

exmarxistas liberados

prófugos de la universidad,

sibaritas

periodistas sin permiso

músicos desvalagados

necios todos contra la sociedad,

y todos somos muy honrados
pero un poco desgarbados

muy corteses ¡no dudar!

Poco importa

esa frente que se ensancha

los riñones que se quejan

y la greña que se empieza a platear,

yo diría

que la edad nos viene guanga

que los bravos no se dejan

y que hay mucho por rocanrolear

y si sentáramos cabeza

sería por tanta cerveza

y sólo un rato nada más.

Treintañeros

hagan sus quinielas

suban sus apuestas

que aquí tenemos que adivinar

a quién de éstos

se le enjuician las muelas

se echa el mundo a cuestas

y ¡pum! se encarrilará

y por lo mientras no se cansen

que mañana nadie sabe

quien despierte en la ancianidad.

Gerardo Enciso, compositor de Guadalajara,
compuso:

Horario coagulado a medio día con la lluvia a cuestas no hay sonrisas. Ni siquiera el dulce rostro de mentiras que te mira de reojo en la vitrina. Pero ahora llueve no me importa. Si me tomas o me dejas y las bardas son un circo, si prohiben las tocadas y las bandas pintan ¡basta! Amo a mi país, pero él no me ama a mí.x2 Amo a mi país. Sudando en cada esquina la agonía con la rabia a cuestas no hay sonrisas. Ni siquiera el tonto rostro de oficina que te mira y que te pide la cartilla. Pero ahora llueve nada importa. Sin dinero en los bolsillos pido fiada una cerveza vuelvo a casa y mi guitarra ya me espera. Amo a mi país, pero él no me ama a mí.x2 Cansado ya de sobrevivir y de sentir la soga al cuello, con el rostro hundido en una cerveza se acabaron las ganas prendidas de andar. Amo a mi país, pero él no me ama a mí. Amo a mi país.

Juan Pablo Proal, articulista de Proceso, escribió:

A principios de los ochenta, una nueva camada de músicos politizados se conformó en el Foro Tlalpan, sitio fundado por el cineasta Sergio García. Ahí comenzó Rockdrigo González, el poeta urbano de la ciudad de México. También Jaime López, rudo crítico de todo lo establecido. Y Real de Catorce, con los poemas crudos de José Cruz.

Por su extensión, este artículo no puede hablar a detalle de las fechas emblemáticas del rock nacional, pero a mediados y finales de los ochenta surgieron más grupos que hablaban del entorno social. La Maldita Vecindad, Botellita de Jerez, Santa Sabina y La Castañeda, son algunas de ellas. Los noventa no estuvieron exentos de grupos críticos: Café Tacuva, Molotov y Control Machete, por citar los más representativos.

Cada uno de estas bandas confrontó al sistema y retrató los abusos de su época. Algunos incluso sufrieron persecución y censura por parte de disqueras y la televisión pública.

El filósofo alemán Herbert Marcuse observaba que la generación de los sesenta estaba tan politizada, en gran parte, porque sus líderes, los músicos, eran personas informadas y activas. Los seguidores de las bandas mencionadas no sólo las admiraban por sus melodías, sino porque sentían su realidad reflejada en sus letras.

De regreso a este 2012, año electoral, si escuchamos a los grupos de rock podemos también entender la indiferencia de gran parte de esta generación. No hablan de la guerra contra el narcotráfico, del desempleo, de la exclusión, del estado militarizado ni de las muertas de Juárez. En cambio, prevalecen canciones sobre amores y desamores. Si bien existen bandas independientes que aún están interesadas en la injusticia, la oferta comercial es abrumadoramente más poderosa.

Esta es una mínima muestra del legado que los rockanroleros y compositores, que los actuales grupos no asimilan.

Pero con estos ejemplos, mostramos que la lírica es asequible a las generaciones actuales si se afanan en el oficio de escribir canciones de contenido.

Reconstruir socialmente el blues mexicano, es conferirle atributos de
identidad mediante el idioma de las mayorías.
Y exige proyectos culturales resistentes a las políticas privadas y oficiales.
El contexto social y cultural en un sistema de libre comercio, determina
los lineamientos de una cultura de consumo "sugerida".
El colectivo marginal aspira a ser representado socialmente en los mercados
y en los medios masivos de comunicación por derecho.
Esta contradicción ha creado una crisis aguda en el rock y en  el blues .
Es decir: un rock y un blues clasista que impide cualquier movimiento socio-cultural que no reproduzca los patrones  ideológicos dominantes.

Objetivamente: interpretar blues o rock en inglés es estar enculturizado
al no proponer proyectos alternos que reafirmen nuestra identidad.
El idioma, que hoy nos confiere identidad propia, fue también
fruto de un proceso de enculturización forzada: la conquista española.

Después de diez años de censura, el rock satanizado por la sociedad conservadora, prohibido y censurado por gobernación, se refugio en los hoyos fonky, (como los llamaba Parmenides Garcia Saldaña), escritor de La Onda, para reaparecer subterráneamente en la independencia.

La canción política, el canto nuevo, el rock y el blues contestatario.

En este contexto económico, político y social debemos abordar la discusión
sobre la reconstrucción de un blues nacional.

Si atendemos a las influencias culturales, chocamos contra el
muro del idioma.
Especificando: el blues y el rock son ajenos a nuestra cultura e idioma.
El rock, creado en EEUU por los negros, y que fue blanqueado y desposeído
del ingrediente rebelde e incómodo moral y políticamente, llegó a México a través de un medio concesionado monopólico: Telesistema mexicano,
quien lo reprodujo tal cual, pero en español (el cover).
Su éxito comercial fue evidente, mas el edulcorante sólo atrajo a una generación.

Es deseable una discusión sobre el blues nacional.

No existe un blues puro, este es el resultado del sincretismo de diversas culturas
e idiomas. Inclusive en su estructura es flexible:rock y jazz.
Esta maleabilidad lo hace universal: un legado universal es eso y no una contracción meramente estructural.

La aceptación consciente de que los grupos están enculturizados; que el español
es el idioma que afirma nuestra identidad, daría como resultado, el rescate
y enriquecimiento cultural de este género en el país.

Real de catorce ha sido el punto de quiebre.
Ha mostrado la posibilidad de crear blues en español. Un blues de calidad que ha trascendido a otros países.
Un manejo del lenguaje tanto coloquial como poético; expresividad humana
en su música.

El blues fue la música que los negros del Delta descubrieron, no por ser negros,
si no por ser humanos.

JC.























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