sábado, 24 de noviembre de 2018


Final


Le quedan pocos días al dos mil dieciocho.

¡Y cuantos habrán de suicidarse!

¡Y cuantos arderemos de nostalgia!

¡Que se larguen los presagios brunos!

El alcohol abundará en las ciudades:

inaugurará las nuevas soledades,

las más recientes, las que llamean  el

cabello y nuestros ayeres.

¡Lo sé, no lo repitas!

¡Murió el tiempo!

La medición inventada por la perversa-mente.

¿No es infinita el alma que nos tripula?

¿Para qué sirve Dios, a quién sirve?

Siento el miedo de la muerte en las piernas.

Me quitaré este plástico que envuelve la calavera,

porque, simplemente, quiero vivir.

JC








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