sábado, 14 de octubre de 2017

Pretender que nos amamos en silencio y ser el silencio mismo.

Creer en la luz que nos cobija con sus dos brazos amantes,
y ver que son ciertos como lo son dos ramas de árbol.

Perdonarnos por nunca mentirnos el deseo y esa calentura de
cuchara cuando dormimos.

Eres mi bien, amor mio ¡mi ventana de luna llena! ¡cuanto te extraño
aun cuando te sueño!

Ver que ya despierta abres no solo los ojos sino el corazón,
ese manantial que incesante palpita cálida luz.

Verte andariega por la casa, oír tus pisadas que dicen: te amo, te amo,
te amo con cadencia eterna.

¡Comamos juntos ese pan sobre la mesa!

JC.

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