viernes, 24 de febrero de 2017

Lluvia.


Tus labios sabían a cerveza; esa tarde que llovían alcatraces

y girasoles;

permitiste que mi mano andariega te acariciara completa.

Pero me domaste como a un toro en celo y me montaste y te

coronaste en la punta de cinco orgasmos plenos y felices.

Dicha es mi sentir de conocerte en la cotidianidad; de amanecer

entrpiernados, de recordar aquel diluvio de flores.

Te amo, Patricia.

JC

No hay comentarios:

Publicar un comentario