domingo, 26 de abril de 2020

¡Buenos días! Comparto.

El perdón

El perdón se ofrece no se pide ni se exige. El ofrecer disculpas es  buscar resarcir
una herida infringida (consciente o inconscientemente) al otro; la única vía de reparar un daño particular es hacerlo sinceramente, de corazón. Si el otro no acepta, no importa, el esfuerzo fue hecho; uno está bien consigo mismo, en equilibrio.
 El Ego es el que se siente lastimado, poca gente lo sabe; se deja ir por sus impresiones inmediatas, instintivas, viscerales, es decir: reacciona no responde.
El Re-sentimiento toma ese lugar y crea un reino; roba el territorio del corazón
y lo enferma, pues impide que este se "oxigene" como el hígado del alcohólico.

El saber perdonar.

Perdonar es un acto de humildad que exige de una profunda autoindagación; es abordar 'La Sombra' propia y eso es tan difícil como enfrenarse al espejo, así tal cual, desnudos. Puede causarnos una gran decepción ver nuestros defectos y fallas, sobre todo, si nos asumimos Infalibles en nuestro ser y hacer. "Yo no haría eso que tu haces", pensamos respecto del otro o de los demás para sentirnos superiores.
Verse y sentirse vulnerable o expuesto, genera una reacción de espanto y de rechazo a la vez. No nos aceptamos como somos: Humanos falibles por miedo al espejo, que no es otra cosa más que El qué dirán socialmente hablando.
Cuando finalmente acepté mi adicción y obsesión al alcohol, pude pararme y decir
quién era ante cientos de alcohólicos que padecían la misma enfermedad y dependencia.
Fue en AA donde aprendí a ofrecer disculpas y a brindarme el perdón que tanto necesitaba, y en consecuencia, a perdonar a los demás por sus fallas.
Un maestro me dijo: "Debes tener un gran corazón para perdonar, de no ser así, vivirás apegado al resentimiento y al rencor, justo los dos pasos hacia el Odio".

JC

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