He decidido hoy, que nací en el puerto de cualquier costa
de cualquier país, de cualquier mundo.
Que mi cabello sea salado y tenga los olores del mar.
Que mis ojos se tornen verde marino y mi tez sea morena:
(hay algo en mi de arena y mineral).
He decidido adoptar la identidad del albatros y volar de pesca
sobre todos los océanos.
Posarme en las ventanas de los poetas que añoran las mareas;
esa altitud benevolente para el corazón y su apnea de sueño.
Sé que existe una isla para escritores desnudos discordantes
con el mundo.
Que gobiernan la serenidad de la palabra y su cadencia, y conviven
ebrios y amorosos con delfines y palmeras.
He decidido que ayer no fui sino por el verso.
(mi epitafio escrito en piedra berroqueña)
El cielo, pergamino infinito entintado de poemas consagrados
al amor, al amor cualquiera; a ese amor que se desparrama de los
lechos como limo, que deja en las crecidas de los ríos sedimentos
nutritivos.
- JC
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