jueves, 19 de septiembre de 2019


Del estilo Dylanezco de la armónica de mi querido Rockdrigo
Gonzáles, más los profundos y largos "bendings" del
instrumento aerófono, curtido en la negritud de mi alma,
surgió un llanto que desveló los arcanos de la vida y la muerte.
Así sucede con los poetas malditos en las sociedad o países
prestos a calificarlos de "locos" por mera incomodidad  y molestia.
El destino de los visionarios es duro y harto difícil en todas las épocas.
Digo visionario e incluso vidente y transgresor de las pequeñas
y ridículas dimensiones del alma ordinaria.
Rockdrigo  batalló contra el desdén y el plagio; la marginación
malidicente de "los Loras y secuases"; contra la cerrazón y agandalle de
los espacios culturales, en sus inicios.
Y se sobrepuso a estos gracias a su brutal talento, y sobre todo,
al amor y labor de su hermana VeVa;
"La Veva" como muchos le decimos de cariño, amor admiración y
respeto.
Por esto, el llanto transmuta a dicha y gozo por haberlo conocido.

In memoriam
Rockdrigo Gonzáles.

José Cruz.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario