Gozo oírte reír (y llorar cuando sé que por dentro llueves).
Ayer atendí el vuelo de un colibrí que, todas los días a las 6,
auspicioso saluda.
Por alguna sin razón soné la armónica porque sí.
Ya eran las 2 pm., quizá fue que sentí comezón en los ventrículos.
Ir y venir las calles bajo este enjundioso sol que confunde y mata,
es la condición que ser humano en esta vida
(y las anteriores).
JC
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