domingo, 14 de abril de 2019


Somos banda, somos La Banda y Mandamos.
En nosotros todo es pobreza, carencia, pero
son dignos nuestros anhelos:nuestros "haceres".
Amamos el Rock de tarde cuando no laboramos
en tiendas, en fábricas o en la clandestina forma
de hacernos de varo.

Somos la banda que concurre a los toquines
a bailar, a chemear, a confrontarnos con nuestros
antepasados que se reciclan en las venas.
Somos carne de cañón para los dueños del
sistema: podemos ser su destrucción, su sueño
amargo.

Somos banda; también fustigada rebeldía.
Estudiantes de escuela y callejeros de por vida.
Somos la mancha negra en las encuestas del hambre
y el desempleo. El dedo en la llaga de la política
económica: nosotros somos ese yerro, la falla en
la consciencia humana.

Somos "esos delincuentillos morenos que deberían pisar
la cárcel" como escupe el burgués desde la altura: lujo
inconmensurable de sus posesiones.
Somos Hijos de Dios y el diablo, somos antígeno tóxico
contra la ilusión de bonanza en el país del odio con sus
lluvias de odio, su racismo de odio, sus campañas de odio
pero, sobre todo por su miedo, su terrible miedo de saberse
fracasado.

JC

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