viernes, 7 de octubre de 2016

Muros de alambre.




Somos perfectos, es que somos perfectos para guardar en silencio

el poema no escrito; para cercenar las alas a los ángeles y

verlos caer en nuestros brazos.

Somos un tanto orientales cuando rezamos y nos arrepentimos

al alba, cuando hemos manchado de sangre el orgullo,

y ceniza de fuego fresco dejamos en la abandonada casa.

Llueve todo el día en todos los nortes y en todos los sures de este

islote nuestro, como si pagáramos una deuda una culpa añeja.

Somos tan miserablemente occidentales, tan pobres que el espíritu

del zopilote ruin nos ha poseído.

Corremos hasta enredarnos en los muro de alambre  de nuestra

cobardía histórica.

Pero somos perfectos para guardar en silencio el poema no escrito.

JC.




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