domingo, 11 de marzo de 2018


La adicción a las emociones es el preámbulo a todas
las demás adicciones.
El alcoholismo, por ejemplo, tiene su origen en la
angustia o ansiedad.
Mientras ignore la causa, no podré más que engañarme
si tomo "una copita".
Porque ese caudal de angustia o ansiedad tomará más
de lo suficiente para adormecerce.
Humildad, esa virtud que cuando se la menciona, se pierde.
Pero es necesaria para emprender un camino de sobriedad
que puede costar la vida.
Ahí donde yace mi debilidad, yace mi fortaleza.
Esta es una moneda de dos caras, sin embargo, CREEMOS en
un mundo de dualidades, y a este nos amoldamos para pertenecer.
El mundo interior es sustancialmente más rico y expandido que
el mundo externo en el que depositamos toda nuestra atención;
es una contracción, una individuación.
Las e-mociones exigen el adormecimiento por medio del alcohol;
y, como es de esperarse, el mundo externo, se lo provee.
Nunca es tarde para iniciar la búsqueda de la sobriedad por salud
mental y emocional.

JC



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